jueves, 21 de enero de 2016

La bandera de la empatía



Dice la red googlera al tirar la busqueda:

empatía
  1. nombre femenino
    Participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella, generalmente en los sentimientos de otra persona.


Otra busqueda me habla de la habilidad cognitiva de una persona para conocer el universo emocional de otra. Preciosa "Inteligencia interpersonal" (término acuñado por Howard Gardner). Palabra proveniente de la griega "Empátheia" que significaba Pasión. (ole tú!)

Siempre me he considerado una persona empática. Más allá de eso, he ALARDEADO de ello. En una escala del 0 al 100 en empatía yo me otorgaba un ranking de 110. Vamos. Estoy/estaba que me salgo/salía. Ahora al saber, hace escasos 5 minutos, que nace en origen de la palabra pasión, me recalco en ello. Claaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaro, con lo pasional/apasionada que soy. Normal. 110.

Yo decía que me "sabía poner en el lugar del otro". Hasta se me pegaban los acentos más absurdos en cuestión de minutos de hablar con una ucraniana. Modulismos de voz y gramática rota inclusive. Hablo medio polaco con inglés en mi diario castellano que ni Antonio Banderas. Todo por empatía. Por ponerme en el lugar del otro siendo ese lugar habitual en mi día a día Cataluña y trabajando con angloparlantes muchas veces. "Soy comprensiva y sensible" me decía yo misma en mis últimos 40 años.

Pero había (aún hay) muchas circunstancias en las que yo era el minion azul de la foto. Alguien me enseñaba una banana y me ponía así. ¿Por una banana? diréis. Veréis. Yo...., no veía una banana. Veía un arma de matar arrojadiza y muchas más cosas que me dan vergüenza dejarlas en constancía por escrito. Se resume en que era cero empática con ese minion amarillo. ¿Y por qué no participaba de la realidad de ese minión, totalmente ajena a mi? Por eso mismo. Porque era totalmente ajena a mi.

Solo he sabido ser empática con alguien cuando esa persona está sintiendo lo que yo he sentido. Deduciendo ante una situación concreta (suspendes 3 en séptimo de EGB) que se debe sentir como me sentí yo en ese momento. Realmente es un error. A esa persona lo mismo se la pela lo que para mi fue el dramón de mis época de estudiante (tres suspendidas en una evaluación!!!). La importancia de las cosas las determina el baremo de las circunstancias personales de cada uno. Ese "Yo no podría llevar el día a día que lleva fulanita. Qué horror" se traduce a que si fuera tu día a día si que lo llevarías. No te queda otra. O lo llevas o te mueres.

Ayer desayuné con una persona en un contexto de trabajo en el que salió a relucir otra. Yo no suelo empatizar mucho con la persona que me estaba hablando, la verdad. Me descoloca mucho. Se rige por parámetros muy diferentes a los mios. Es una persona altamente interesante pero es como si hablara suajili y yo arameo. Pero en un momento de la conversación hablamos de una tercera persona conocida común y nuestros pensamientos se alinearon y nuestras palabras encontraban cierre en las palabras de la otra. Nos entendimos a la perfección. Logramos empatizar de lo lindo. Acabó resumiendo al final del desayuno: "Lo que le pasa a esa persona es que vive en otro planeta ajeno al nuestro. No es que lo haga mal. Es que no se pone en la piel de los demás porque nunca ha estado ahí". Esa revelación, ahí, en medio del desayuno con la tostada a medio comer me dejó helada. No porque me estuviera revelando algo que yo no supiera de esa tercera persona (yo pienso igual respecto a ella) es que de repente vi que era de mi de quien hablaba. Yo nunca había estado en el planeta de mi interlocutor. Yo nunca había aceptado que era otro planeta diferente al mio. Yo nunca había respetado que sus actuaciones en su planeta eran excelentes y en el mio una puta ida de olla. Mi interlocutor es puro corazón. Brutal corazón. Y esa es la base de sus actuaciones. Y por ahí le tengo que medir.

Tragué el pan como pude. Fui incapaz de darle el abrazo que se merecía.Y solo acerté a balbucear un miserable "Espero que te vaya bonito el día". Minutos después me puse eufórica. Por fin lo había visto. Era una mierda de empática yo y lo había visto. Si lo ves lo puedes cambiar. Así que en el fondo el cosmos me acababa de hacer un regalazo dejándome con el culo al aire.  

He de añadir que he sido capaz de llegar hasta aquí gracias a la ayuda inestimable de seres muy muy cercanos a mi que si son empáticos o por lo menos desean serlo y me han estado machacando con amor los últimos cuatro años (antes no me dejaba yo mucho, la verdad). 

Muchas gracias en particular a tres personas de ese pequeño gran grupo que me acompaña. Angels, por reírse de mi y darme armas y argumentos logico-abstractos para que yo entendiera los planetas, Cristina Cruz por ponerse con absoluto amor a mi disposición de ejemplo carnal para que yo pudiera disparar y ensayar con/contra ella, y mi Mike especial. Por demostrarme que a él también le cuesta y se cae y se levanta y me sonríe y rectifica y pide perdón y perdona. Y lo mejor de todo, está deseando conocer otros planetas para comprender, amar y seguir respetando

Amen. Muuuuuuuuuuucho. Cómo siempre y para siempre sin tilde. Feliz jueves.