lunes, 12 de agosto de 2013

Crecer es aprender

Y aprendiendo vamos creciendo. Cuando tenía veinte años era tan insultantemente prepotente que ahora me caería mal hasta a mi misma. De hecho no tenía muchos amigos. Mis padres (creían en mi potencial), mis hermanos (los tenía sobornados) y mis primas (eran peor que yo. No les quedaba otra).

Luego estaba, como no, mi siempre estimada e infalible Marian. La conocí al cumplir los 19. Siempre al pie del cañón la tía. Igual que hoy. Veinte años después. Jamás una palabra más alta que la otra. Siempre una sonrisa a mi lloro para quitarle importancia. Siempre un abracito o beso cuando yo lo necesitaba como el comer aunque a ella se le atascaran en el alma. Es de las personas que besan para dar amor en vez de para amarse. Yo abrazo por que me da gustico a mi. Beso para el placer de mis labios y mi piel. Si la otra persona se lleva ese amor, bienvenido sea el robo.  Amo de egoista y ella de generosa.

Marian ha sido mi bastión con la realidad. Con ella es con las pocas personas que no he interpretado un papel. No he sido la hija mayor, ni la hermana mayor, ni la graciosa, ni la lista/tonta de clase, ni la que no se comía un torrao y luego se atragantó, ni la guais, ni la que tiene que sacar una carrera universitaria. Era yo. Sin partidos políticos asociados, ni futbolistas pegados al cuerpo, ni bebidas favoritas, ni hombres asignados. Podía ser tan yo que al final ella me sabía de memoria. Nos decíamos que teníamos telepatía. Nos adivinábamos los pensamientos. Nos adelantábamos la una a la otra. Nos reíamos de las anécdotas antes de que la otra la contara. Pocas mujeres tan graciosas me he tirado a la cara como mi Mari.

Hoy, veinte años más después, la vida nos mantiene unidas cual siamesas a tan solo 650km de distancia. Por que la distancia nunca ha sido obstáculo para el amor. El reproche si. La desconfianza. Los celos. La posesión del otro. La indagación. Las jaulas del todo mio.

Realmente salvando a mis padres y a mis cuatro hermanos solo ella me ha amado así. Jamás una pregunta o una duda a mi amor y mi fidelidad para con ella.  No nos lo preguntábamos por que lo asumíamos.  ¿Porqué con las otras personas de mi vida no ha sido así? Yo tengo esa capacidad. Con Marian funciona. ¿Porqué no he sabido verlo? Tan fácil hacerlo.

Creo que desde pequeños nos enseñan que el amor de la familia y el de la amistad es diferente al de la pareja. ¡Que gran error!. Por tu familia y por tus amigos matas cara a la galería pero en casa sabes leerles la cartilla. Con amor y ternura. Sin ridiculizar. Porque les quieres y quieres lo mejor para ellos no les bailas el agua con todos los errores. Eso sería nefasto. Tienes que dar tu parecer a su actuación. Eres amigo. Eres amor. Eres su gran confidente.

Cuarenta años desde que nací para ver esto y para ver que siendo tan fácil y siendo Marian y yo tan distintas (cero almas gemelas) solo tengo que encontrar un hombre exactamente igual que ella (que no sea su hermano Alfonsito que es del Real Madrid) con menos tetas a ser posible y ser feliz para el resto de mis días. 

Eso o me hago lesbiana y le propongo vivir juntas. Total, siendo ya vegetariana, es casi la misma mierda.

Feliz semana.