viernes, 27 de diciembre de 2013

Navidad, dulce Navidad, parte III


Este 2013 ha sido el primer año del resto de mi vida. Exactamente igual que el 2012, exactamente igual que el 2011. En cada día empezamos de cero, o deberíamos. El pasado solo cuenta para "reyirse" que dice Carmen (cómo muestra un botón la foto del fin de año de 1991) y el futuro para sonreír. Si del pasado solo sacas lágrimas, borra. Si el futuro te produce tristeza, cambia.

Este 24 de diciembre mi hijo no ha estado conmigo pero le he echado de menos lo justo y necesario. Esto es: a los 30 minutos de haber empezado la cena y que los otros 10 niños que había en casa de mi tía Carmita empezaran a corretear por todos lados, mi mente me jugó la mala pasada de recordarme que soy madre y me preguntó en eco "¿Se habrá comido Luc todo?". La segunda fue a las dos horas de haber empezado la cena cuando el cava y las bebidas espirituosas empezaban a aparecer, mi mente volvió a preguntar "Hace mucho que no veo a Luc ¿por donde andará?".  ¿La verdad? Mi hijo pasa de i cuando hay uno o más de dos niños a su alrededor. Y bien que hace.

En el teatrico no le eché de menos porque él odia los teatricos obligados y de haber estado mi madre le hubiera dado una paliza verbal considerable con lo de "Luc jomio, ves con tus primos. Canta un villancico en catalán que es muy bonito". Mi hijo baila solo y cuando nadie le ve. Y canta mientras dibuja o, a veces, nos arrancamos a interpretar un duo musical pero muy privado y para los dos. Si le grabase sería top trending viral en youtube en minutos pero entonces me dejaría de hablar para siempre y no me compensa.

En los regalos tampoco le eché de menos porque no creo en el consumismo navideño. Hija, que rancia, a parte de ser vegana ¿no crees en los regalos?. No. Creo en el amor, en las postales manuales y en los regalos los martes de abril y los sábados de agosto. En algunos santos pero no siempre y en algunos cumpleaños pero cuando pensé en ti. No se puede (debe) pretender que el mundo en general esté pendiente de ti SIEMPRE. Lo aprendí siendo muy pequeña y teniendo cuatro hermanos con los que compartir dos adultos.  A veces tu cumple caía en martes y la tarta era para 7. Otras no había tarta pero si muchos besos y especial amor. Otras caía en sábado y te llevaba tu padre al circo a ti y a cuatro amigas escogidas. ¿Mis hermanos? En casa con mi madre. No recuerdo regalos especiales esos días. Recuerdo amor e interés individual por parte de mis padres. Y de mis hermanos no recuerdo celos o envidias. Un día tú, el otro le tocaba a la gorda de Carmen. Tenía Cheetos y Fanta de naranja, joquemorro que dice ella, ¿para que quiere más?. A día de hoy le sigue haciendo feliz los Cheetos y los huevos fritos con patatas. Si quiere un bolso, se lo compra ella un miercoles de rebajas.

¿Qué he echado de menos?. He echado de menos a los que más nochebuenas han pasado conmigo en mi vida. A mis hermanos y a mi padre. Es así. ¿Cómo no me he muerto de la pena? Porque les veré en breve para que me den por culillo con el tema veganismo-lesbiano y porque me rodeé de un buen puñado de incondicionales de los 24 de diciembre de mi vida. Tíos y primos en un escenario siempre mágico y acogedor. La cocina-salón de La Chopera.

Carmi, como te dije ese día, el año que viene debería estar Luc, pero si finalmente no está tampoco pasa nada. Quien me iba a decir a mi el año pasado que mis Navidades este serían como son. ¿Quien sabe donde estaré? ¿Quien sabe donde estarás tú?, eso si, SIEMPRE que miro hacia atrás en las Navidades de mi vida es para reir. Mucho y a carcajadas. No me permitiré arruinarme las futuras por muy diferentes que estas vengan. Me lo debo a mi. Se lo debo a mi niño. Se lo debo a amigos cómo Ana, Álvaro y Vanessa. Ellos saben porqué. Ellos se deben seguir sonriendo cada día de su vida.

Buen rollo y risas, gente. Go Vegan!! (sobre todo en estas fechas) y gracias por leer.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Árbol de Navidad estilo La Bioguia


Para estas Navidades veganas y ecológicas donde las haya y siendo odiadora profunda del árbol de Navidad desde los tiempos remotos Amén, este año he decidido darle en el gusto a mi hijo y montar un árbol de Navidad sin talar o descolocar uno de verdad y sin tener en casa más plástico que en humor amarillo.

Ingredientes necesarios:


  1. Un niño con ganas de montar un árbol
  2. Una pared blanca o sin decoración (vale la puerta del armario a falta de pared lisa)
  3. Cartulina verde para el árbol y roja para el tiesto (la que había en casa)
  4. Blue tack
  5. Tranquilidad, paz y sosiego (lo más importante)
  6. Que te importe un huevo como quede el resultado final. Si le das alas lo sacará mejor que tú seguro

Cortamos las cartulinas en rectángulos y estos en triángulos isósceles no rectángulos porque al venir de un triangulo no dan los lados (esto es un chiste de mi época matemática que le va a hacer gracia sólo a el 1% de mis lectores, pero oye, me debo a las minorías también). El mantel arrugado y la mesa llena de cosas (como se puede observar en la foto) no es impedimento ni obstáculo par esta actividad casera de manualidades. Fantástico.  Es un poco: pensado, dicho y hecho. El niño encantado y tú cero estresada.

Blue tack por las tres esquinitas


Y empezar a pegar en la pared un poquito sin ton ni son. Ponte un cd a tono (música brasileña usamos nosotros) y tomate una infusión. Él te pedirá agua cada dos por tres. Lo normal, vamos.


Añade las tarjetas navideñas que tengas por casa. Recicla las del año pasado si aún no te mandaron muchas y pon en sitio de honor la de Silvia y Alejandro que es la chula de este año y además pega todo con la decoración verdi-roja tan Euskalduna que nos ha salido.


Después de la estrella te pide por favor mamá ¿puedo pintar? y a ti que se te ha subido el CD y la infusión a la cabeza y no puedes negarle nada que es Navidad dices que si que pintorronee la pared. Y entonces dibuja un niño que es él, soñando que Papaá Noel le traerá regalos. 





Tachan!. Felices fiestas a todos. Nos vamos leyendo. Mucho amor, mucho sosiego y recordad, si podeis elegir, elegir vegano :)

viernes, 13 de diciembre de 2013

18 cosas que no sabía antes de ser vegana


Cada vez que abres una puerta por muy minúscula o insignificante que sea se abre ante tí un mundo entero y nuevo para tus ojos. Al cerrar puertas no pierdes mundos porque los recuerdos te acaban llevando siempre delante de esas puertas cerradas y tienes que decidir si las quieres volver a abrir o te interesan más que sigan cerradas porque no quieres entrar más por ellas. Los nuevos mundos tienen nuevas reglas, nuevos códigos de conducta, nuevo vocabulario, nuevas asociaciones, música nueva, lecturas nuevas, ideas nuevas, cosas buenas y cosas malas y cosas feas nuevas. Abrir mucho los ojos, captar todo el nuevo mundo y decidir que quieres para tí es labor única y exclusiva tuya. Siempre es maravilloso entrar de la mano de alguien en esos mundos pero luego, siempre, ese alguien se debe retirar para que tú aprendas a andar sola por tu mundo nuevo.

La maternidad fue uno de esos mundos. Obviamente la puerta de la no maternidad se cerró y no dejaría a mi hijo por nada del mundo. Antes, literalmente, muerta. El veganismo ha sido el más reciente. A día de hoy (tres meses recién abierta la puerta) me tiene tan fascinada que dudo mi vuelta a otro mundo que no sea este, pero, aún, para mi, el veganismo no es como la maternidad. Aunque, puede, que lo acabe siendo. Cuando lleve 6 años en esto como de madre os cuento.

Siempre he sido muy de listas. He llegado a dejar a novios tras elaborar una lista con pros y contras (cual prestaciones automovilísticas, que diría mi hermano Andrés) que tan solo reflejaban en papel lo que mi corazón y mente sabían. Pero, oye, a mi me ayudaban. Últimamente he leído muchas listas muy graciosa, ocurrentes y que resumían y reflejaban no solo mi pensar sino, por lo leído, el de mucha gente parecida a mi.

Desde mi recién estrenada entrada al veganismo, aquí va mi lista de las 18 cosas que no sabía antes de ser vegana y que ahora son el ABC de mi día a día. Si gustáis, ya sabéis, comentar y compartir:
  1. Activar: A remojar las legumbres el día anterior para hacer un puchero como toda la vida de Dios (siempre habiendo pensado que era para que se ablandaran y no tardaran tanto en cocinarse) se llama "activar" la legumbre. Pasadas unas 8 horas de ese remoje en agua la legumbre libera en el agua antinutrientes (por eso es agua se debe desechar a la hora de cocinarlas), activan sus nutrientes para que brote la nueva planta, convierte el almidón de la semilla (azucar complejo) en glucosa absorbible y disminuyen las calorías de los granos. ¡Qué de cosas eh!. Ya sabéis, no dejéis de acordaros de las lentejas de un día para el otro.  
  2. El tofu es un preparado de soja (legumbre) y el seitán de gluten (cereal). Blancuchos, blanditos, similares al queso de burgos de aspecto (una vez cocinado el seitán, claro) pero nada que ver. Yo los utilizo poco porque no creo en los "preparados" pero dan mucho juego para imitar platos tradicionales, quedarte con la peña y juguetear en la cocina, la segunda habitación de la casa donde más me gusta jugar.
  3. Ser vegetariano es una dieta, ser vegano una filosofía. Esto da para un post entero así que no me voy a extender aquí, ya lo discutiremos a capa y espada con un te que es como se discuten estas cosas.
  4. Hay deportistas veganos de élite incluso crudiveganos (solo se alimentan de productos que no tengan origen animal y que no hayan sido sometidos a una temperatura superior a 46ºC) o frugívoros (solo se alimentan de fruta)
  5. El especismo es la discriminación que sufren los animales porque nos creemos una especie superior a ellos. Y, chatos, dejadme deciros que... NO LO SOMOS.
  6. En Inglaterra una aseguradora hace descuentos en las pólizas de sus seguros de vida a los vegetarianos. Por algo será, esa gente dinero no va a perder. No quieren que te mueras. Por tú bien y por que sigues pagando la póliza. Al morir pierden clientes. Y los veganos ganamos alguien para la causa. No se ha podido demostrar que los muertos consuman ningún producto de origen animal. Ergo, todos veganos.
  7. Fuentes de calcio naturales: Quinoa, nueces, brócoli, verduras de hoja verde, almendras, sésamo, higos, naranja...
  8. La quinoa es la reina de los cereales por no contener gluten (apta para celiacos) y tener más del doble de proteína que el resto de cereales. Posee 20 aminoácidos (incluyendo los 10 esenciales) especialmente la lisisna vital para el desarrollo del cerebro. En particular posee el 40% más de lisina que la leche. Maganeso para tus huesitos, fósforo, vitamina B, fibra, te proporciona energía, vamos la quinoa, así en vulgar español es LA LECHE. (La info la he sacado de aquí)
  9. Los veganos tienen sentido del humor cero (un 97% de ellos). No puedes decir que tienes tanta hambre que te comerías un perro o te denuncian a los Vegan Nazis (policia vegana con tendencia a demostrar que ellos son más veganos que tú según un código sacado del sobaco de algún chalado. Ante las tocadas de ovarios de vegan nazis u omnivoros coñazos mi respuesta muy zen es "Soy todo lo vegana que puedo. Y hasta ahí puedo leer que diría la gran Mayra Gomez Kemp".
  10. Un vegano no toma porque no pueda. "Ay, que pena, ¿ya no tomas más jamón?" (y cara de recochineo). Un vegano no toma porque no quiere (y orgulloso de no querer)
  11. El semen de los hombres veganos sabe diferente. O eso me han dicho unas amigas y amigos. Aún no he podido hacer ese trabajo de campo. Aquí entre nos, creo que es una leyenda urbana que ha hecho correr los del PETA (People for ethical treatment of animals)
  12. Las veganas son más fieles a sus parejas por el tema de cocienciación y el no querer hacer sufrir a los animales (este punto no lo tengo muy documentado aún)
  13. Hombres y mujeres van dos veces al lavabo al día. Y no es a lavarse los dientes, o no siempre
  14. Hay kefir de agua (como el de leche que hace el famoso yogur bulgaro) que es vegano pues se aliementa de azucares de la fruta remojados en agua. Se regala y no se compra y cuando lo usas te sale una especie de aquarius casero estupendo (sabor naranja o limón a elegir)
  15. La B12 es un invento de la industria carnica para andar jodiendo a los veganos. No hay casi en la naturaleza, de hecho a los no veganos también les cuesta horrores conseguirla. En poco tiempo habrá una guerra mundial por la falta de B12, se nos caerán los ojos, seremos muertos vivientes y el mundo será igual que la tercera temporada de The Walking Dead.
  16. En una cita a ciegas con un no vegano, en medio de la conversación es más fácil colar el tema de que eres madre de un niño de 6 a que eres vegana.
  17. En las reuniones sociales y cuando vas de tapas con los amigos, los platos veggies son los que primero se acaban: Aceitunas gazpachas, guacamole, hummus, champiñones al ajillo, escalivada, tortilla, patatas bravas, etc... La carne se queda para los gordos. Lo tuyo les gusta a todos y tú si te despistas ya puedes ir tirando de pan con aceite.
  18. Estadística (hecha en cataluña, Spain, so far) de lo que piensan los camareros al tomarte la comanda para cocina: 45% Joder. 45% ay la pobre. 8% ¡qué bien un reto!. 2% se la pela, no se entera y te trae el gazpacho con virutas de jamón (esto último es veridico y me ha pasado a mi)

Salud pa disfrutar, feliz viernes y gracias por leer

domingo, 1 de diciembre de 2013

High Fidelity en el corazón


Se plantea el elocuente Nick Hornby en su libro "Alta Fidelidad" a través de Rob, su protagonista, si la melancolía que siente en su vida es debido a las canciones que escucha o elige ese tipo de canciones porque es un melancólico incurable. Añade:

"Hay quien se preocupa, y mucho, de que los niños pequeños jueguen con armas de fuego, de que los adolescentes vean vídeos en los que la violencia es moneda corriente; nos da miedo que esa especie de cultura de la violencia termine por tragárselos como si tal cosa. A nadie le preocupa en cambio que los niños escuchen miles, literalmente miles de canciones que tratan siempre de corazones destrozados, de rechazos y abandonos, de dolor, tristeza, pérdida. Las personas más desgraciadas que yo he conocido, románticamente hablando, son las que tienen un desarrollado gusto por la música pop."

Nos va el rollo. A los compositores, cantantes y escritores y a los oyentes y lectores. A los románticos y a los que van con el corazón en la mano. "Es lo que hay mamá" me diría mi hijo Luc. 

Tengo un hijo adoptado cibernéticamente que ronda los veinte y vive en Argentina. Alexis me llama "iberomadre" y nos adoptamos mutuamente una tarde/noche de mi verano y su invierno.  Entre Alexis y yo hay 5 horas y 2 estaciones del año de diferencia con lo que nos comunicamos, edad, jerga hispánica y generaciones aparte, en dos universos un poco paralelos, tan distantes y cercanos como cualquiera de los dos queramos. Alexis es músico y es un romántico empedernido. Es de esos que cualquier madre querría para su hija. Cualquier hija de veintitantos querría de mejor amigo. Y cualquier mujer de 30 o 40 mataría por conseguir como amor de su vida (una vez que él hubiera alcanzado, o casi, esa edad y siguiera siendo exactamente igual que cuando rondaba los 20 solo que un poco más maduro). 

Lo que puedo hacer como iberomadre, ya que a mi me escucha y, supongo a su madre biológica no, aunque muy probablemente ella ronde mi edad, es quererle y quitar hierro al asunto. Quererle es muy fácil. Por lo que veo en sus interacciones con los demás navegantes cibernéticos, es un bombón de niño. Con grandes amigos, divertido, rápido en la palabra, respetuoso e inteligente. Lo mejor de todo su gran corazón. Y de remate: No le importa que los demás le vean el corazón.

Cuando está eufórico lo muestra. Cuando está hundido lo muestra. En los dos casos sin grandes aspavientos ni pena excesiva y ni gratuita. Es un tierno y cuando son las 3 de la mañana y está escuchando la radio porque no puede dormir y de repente suena esa canción y piensa en ella y se quiere morir, entonces, va, y nos lo cuenta. Lo comparte de un modo exquisito. Te hace sonreír. Te hace partícipe. Te acuerdas de ese mismo y reconocible dolor en forma de punzada que te rajaba las entrañas cuando tú tenías 20 años.

Un día comentó que jamás podría volver a oír una determinada canción sin pensar en ella para el resto de su vida. Sonreí acordándome de instantes en mi vida en los que había pensado exactamente eso. "Vaya, ya se me jodió esta canción para los restos de los restos". Sin ir más lejos este año en el que musical y emocionalmente hablando he estado melancólica en extremos de vomitar pensando en mi misma. Tan pesada con ciertos discos a los que, tras el paso del invierno y primavera, ahora 6 meses después puedo empezar a plantearme en rescatar. O no, a lo mejor aún es pronto, pero sé que podré. Y sonreiré. Porque cuando pasa el tiempo y te superas a ti mismo y a tu tristeza, entonces esas canciones que asociabas a una persona y un tiempo duro se convierten en diamantes que representan tu poder sobre tú propia melancolía. Al fin y al cabo los hechos siguen iguales, esa persona te hizo sentir en aquel momento realmente miserable, pero el aderezo de pena lo puso tu mente junto a una banda sonora determinada.  Al superarlo, esa banda sonora llega a hacer, tiempo después, que una sonrisa y una paz suba de tu corazón a tu boca. Y vuelve a ser maravilloso escuchar a ese autor con todo tu corazón entero otra vez.

Los escritores y músicos hacen lo mismo con sus obras. Alexis lo hace de modo anónimo hacía su amada. No se quien es la niña de sus suspiros. Supongo que o no es de su circulo de amistades cibernéticas o ella desconoce el dramón que lleva él por dentro. El caso es que a mi me encanta que lo haga. Te identificas, él se alivia y desde mis 40 puedo decirle diciendome: no pasa nada Alexis, tendras amigos, tendrás amor, tendrás amigos....

Feliz domingo melancólico y musical. Por cierto, ahora estoy oyendo de la mano de mi hermanica Cris a Jack Johnson y su nuevo disco "From here to now to you" que es un pastelico, la verdad, pero me encanta....

Gracias por leer

Fotografía tomada de la página web http://www.ramiroelena.com/presentacion


lunes, 25 de noviembre de 2013

Galletas de avena veganas


Este fin de semana ha sido cocinero y vegano a más no poder. Empecé el viernes a las 16.00 de la tarde asistiendo a un taller de cocina que daban los chicos de Dimensión Vegana, el magnifico Javier y el entrañable Lara. Hace 3 meses que soy vegana y justo hace 3 meses que Susan me habló de ellos. Hace una semana entré por primera vez en su blog a la búsqueda de la receta del queso vegano. Dice Carlos, otro amigo mio vegano, que ahí caen todos los veganos cocinen o no. Con el queso. Tienes que aprender a hacerte tus quesos. Y como yo si cocino, era cuestión de tiempo que diera con ellos dos. 

Las plazas del curso estaban agotadas desde que salió pero una baja de ultima hora y mi email suplicando poder asistir me brindaron la oportunidad justo 24 horas antes de que el taller empezara. Viernes y sábado he estado empapándome de técnicas  y términos culinarios y nutricionales. La nutrición es muy importante para un vegano. Tenemos que aprender a comer, a cocinar y casi a vivir de cero.

Nada más llegar nos recibieron con sonrisas, te y unas maravillosas galletas de avena. Como tenía casi todos los ingredientes, hoy domingo, después de cocinar filetes rusos veganos por primera vez en mi vida (ellos las llaman Milanesas veganas) me dieron antojo las galletas de Javier y Luc y yo decidimos pasar la tarde dominical a lo convento de las Bernanrdas, haciendo dulces.

Os adjunto el enlace de donde he sacado la receta de Javier y Erick: Galletas de avena, pasas y nueces de Dimensión Vegana. Además podéis ver un video de como se hace la receta.

He dividido la receta por la mitad (24 galletas de esas de avena dan para un regimiento) y he sustituido algunos ingredientes. El rojo mi sustitución de la receta de ellos. 

Galletas veganas de avena, nueces y chocolate
Receta originaria de Dimensión Vegana 
(Para 24 unidades, yo hice 12)

1/4 vaso de gel de lino o linaza (No tenía linaza. Yo usé medio plátano machacado)
1 taza de margarina o aceite neutro (maíz, girasol, soja) (
1/4 taza aceite de oliva)
1 y 1/4 taza de azúcar moreno o integral (
3/4 taza panela)
1/4 taza de azúcar blanco (
no puse)
1 cdta de esencia de vainilla (
no puse)
1 y 1/4 taza de harina blanca o integral (
3/4 taza de harina blanca)
3/4 cdta de polvo de hornear o levadura química  (no puse)
3/4 cdta de bicarbonato de sodio  (no puse)
1/2 cdta de sal
1/2 cdta de canela molida
1/2 cdta de nuez moscada
1 taza de pasas de uva sin semillas (
1/2 taza de chocolate negro vegano)
1/2 taza de nueces (
1/2 taza de nueces)
3 tazas de avena en copos (1 taza y 1/2 de copos de diferentes cereales)
(1/4 taza de gluten)








En el taller del viernes Javier nos comentó modos y maneras de sustituir el huevo según el tipo de receta y la finalidad que busquemos. Aquí el huevo básicamente es para unir o ligar. Un plátano maduro es una idea buenisima y aquí cumple dos funciones pues no tenía esencia de vainilla que es el aroma que hay que darle a las galletas. Las mías tienen aroma de plátano. 

Machacamos (Luc y yo) el plátano con un tenedor hasta hacer una masa viscosa. Le añadimos la grasa, en mi caso aceite de oliva de Jaén pues no uso otro, y la panela. Al no tener azúcar blanca las galletas quedan más oscuras de color pero igualmente sabrosas. Batimos hasta que quedó una pasta. 

En otro bol mezclamos los ingredientes secos. No tenía ni levadura ni bicarbonato y decidí poner 1/4 de taza de gluten que aporta elasticidad y cohesión y así también le doy un poco más de proteína a las galletas. A Luc no le gustan las pasas así que puse chocolate Valor del 70% que es vegano. Al final, en ese mismo bol, se añaden las nueces, chocolate y los copos y se mezcla todo muy bien.

Juntamos los dos boles en uno. Aquí tuvimos que mezclar bien con las manos cuidando que no quedaran partes secas sin la "grasa" formada por el plátano+azúcar+aceite. Para dar forma a las galletas es muy importante (como dice Javier en su vídeo) mojarse las manos antes de hacer cada galleta.

Hornear unos 15-20 minutos a horno precalentado a 180º 

Yo probé las de Javier el viernes y eran espectaculares. Con todos los cambios que hice y al no haber hecho galletas ni pastas desde que tenía 19 años estaba un poco nerviosa. Se lo hice saber a Luc y él me replicó: "No te preocupes mamá, te van a salir bien" "Ah si? y ¿como sabes tu eso?" "Pues mamá, porque tú sabes cocinar muy bien y has ido al curso ese". Aplastante mi Luc.

No os puedo decir nada más que el intentar conseguir aquello que nuestro corazón anhela es de puros valientes. Luc y yo somos un buen par.

Salud para disfrutar y dar vuestro amor. No os lo quedéis dentro.  

martes, 19 de noviembre de 2013

Tendrás amor, tendrás amigos, tendrás amor....

Palabras para Julia  
Poema de José Agustín Goytisolo

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Creo que la primera vez que oí este poema rondando yo los 13 años fue en cante y medio inventando. Mi madre haciendo suyos los versos de Goytisolo cantaba en la cocina. Entonces lo que más resonó en mis oídos era "Tú verás como a pesar de los pesares tendrás amigos". Y debió ser en una época en la que algún amigo faltó, decepcionó, fracasó en la carrera hacia mi alto nivel de exigencia. Porque yo a mis amigos les exijo oro molido. No se lo que realmente les doy, pero mi intención y mi amor hacia cada uno de ellos, no me lo puede discutir nadie. 

Ay! como recuero ahora al pobre Ricardo cuando me decía pero yo... te quiero tanto y yo le miraba y le respondía desde mis 21 años recién estrenados "Con amar no basta". Ja! qué ingenua. Qué infeliz. Está claro que basta. Que si hay amor de los dos lados, todo lo demás sobra. Contigo pan y cebolla y viviría debajo de un puente. Cuando le preguntaba a Mari años después en qué estaría yo pensando en 1992 cuando dejé a Ricardo siempre se medio sonreía y decía "Por que te aburrías con él Ana, por eso y porque, no le querías". Zasca. En todo el corazón.

Muchos años después mi madre me dedicó ese trozo de poema en un libro. Cuando yo vivía en Manchester y se me rompió el corazón en cachitos de color. En el libro escribió dos veces "Ya verás...tendrás amor, tendrás amigos, tendrás amor". Y bueno, mi madre no es una experta en hombres, la verdad sea dicha pero si lo es en amor. Pocas personas tienen un corazón como el suyo. Pocos ejemplos de entrega más grandes he visto. Y he tenido la enorme suerte de que sea mi madre. Un ejemplo en carne propia de lo que es el amor. Pocas personas: ella, mi padre y mi hijo, me han querido tan a tumba abierta. A pesar de mis defectos, de mis patadas, de mis brusquedades. A pesar de negarle mi amor, a pesar de los silencios, de las frialdades, de las injusticias, del desplante. Mi Ana bonita y sus brazos abiertos son toda su respuesta.

Al final cala. El amor cala. Y gusta, gusta tanto que para volver a tenerlo solo te queda una. Amar. Así que ayer cuando alguien me dijo "Ya verás Ana, tendrás amor, tendrás amigos..." sonreí acordándome de ella, mi madre. Y supe que es verdad. Que ella me lo ha enseñado. Que el amor renace cuando lo das. Y que el darlo depende solo y en exclusiva de uno mismo.

Gracias mamá. Por tus canciones al cocinar, por tus sonrisas al bailar, por los libros, por la música, por el ejemplo pero sobre todo, sobre todas las cosas, por el amor.  

sábado, 16 de noviembre de 2013

"Hamburguesas" veganas de lentejas y arroz


Hoy hace frío, llueve mucho, es sábado y no tengo a Luc conmigo. Se me traduce la mañana en ir escuchando música brasileña seleccionada por Andrés (básicamente Caetano Veloso y Gilberto Gil pero también Chico Buarque, Os Mutantes y Elis Regina), escribir y cocinar y si deja de llover pintar. Si sigue lloviendo la pintura me va a salir grisacea y no me apetece ni un pelo el gris en mi. Por la tarde buscaré el calor humano con una infusión de flores mediante y un cine soñado. Y para ser sábado me parece un lujazo.

Mientras escribo (varios textos) y escucho música, voy relacionándome con mi facebook y mi guasap (soy mujer, ¿qué? podemos hasta con 10 cosas a la vez). He decidido modificar este post y mejorarlo con el coste de las recetas (precios de lo que me ha costado a mi). La idea me la ha dado este excelente artículo que me ha llegado a través de Mueve tu dinero de El comidista (Mikel Lopez Iturriaga) (pinchar en el enlace) sobre como comer por 1.25€ al día y no ir a comer al Ikea (pinchar en el enlace). Ser vegetariano es un chollo.  Ser vegano más. 

La receta elaborada de hoy son las hamburguesas de Felipe. Felipe cocina mucho y bien y su novia es vegetariana (él no) y cocina poco y mal, así que esta receta me la encontré una noche que aterricé en casa de los dos. Es larga de realizar pero salen muchas raciones y se guardan en la nevera durante unos 8 días e incluso se pueden congelar. Yo las he hecho cuando he tenido invitados no vegetarianos y han gustado mucho.

Hamburguesas veganas de lentejas y arroz
Receta originaria de Felipe de Angels 
(8 raciones de 2 hamburguesas cada una)

1 vaso grande de lentejas (0.30€ 250 gr)
1 vasito de arroz (0.19€ 125gr)
Agua o caldo de verduras para cocer
1 puerro (0.20€)
2 tomates (0.40€)
1 cebolla o cebolletas (0.15€)
1-2 dientes de ajo (al gusto) (0.07€)
3 zanahorias (0.15€)
Trocitos de nueces o frutos secos (0.15€)
Pan rallado (0.07€)
Harina (0.10€)
1 huevo para ligar (hoy las voy a hacer sin huevo para que sean veganas a ver que tal se ligan) (0,30€)
Pimentón de la Vera (dulce) (0.15€ aquí incluyo todas las especias)
Aceite de Oliva virgen de Jaén (0.20€)
1 hoja de Laurel (para la cocción del arroz) 
Sal y especias sabrosas (jengibre, mostaza, comino, nuez moscada, clavo, canela, lo que habitualmente le echéis a las hamburguesas)
Azúcar (yo usé panela que es azúcar sin refinar) para quitarle la acidez al tomate

Total coste receta: 2,43€, por ración 0,31€




Se hace un sofrito con las verduras muy picadas (todo lo pulido que uno sea) en orden más o menos puerro, cebolla, ajo, zanahoria (rallada y no picada) y al final los tomates rallados. Fuego suave para que las verduras se pochen y no se arrebaten ni se quemen. Si se pone brusco el tema apártalo del fuego y añade alguna verdura que tenga más agua o el tomate rallado o un poco de agua del caldo de cocción de las lentejas. Las lentejas y el arroz se deben cocer por separado (o comprar un bote de lentejas cocidas en caso de prisa). En la olla del arroz añadir el laurel.




Al terminar el sofrito añadir una cucharadita de café de pimentón e ir sofriendo las otras especias. Esto lo aprendí de una chica Pakistaní. Allí fríen las espacias y este método les da más carácter y fuerza tanto a las especias como al guiso. Con todo lo que el carácter y la fuerza implica, esto es, poco y en su justa medida, y con suavidad y buena letra. La fuerza, la buena, con la suavidad entra mejor (me estoy yendo de post).

Mezclar arroz, lentejas y sofrito. Añadir algo para ligarlas y sustituir al huevo. Yo hoy las he hecho con más tomate sofrito, pero me han dejado en Facebook varios comentarios de opciones igual de buenas que añado en comentarios más abajo. Añadir el ketchup y la mostaza, los trocitos de frutos secos, pan rallado.


  
Pasar por harina y hornear 20 minutos sobre papel encerado de horno. Quedan como en el plato. Ahí las podeir freír (para dar la sensación de hamburguesa) o meter en la nevera y las freís cuando las vayais a consumir (o congelarlas) 



Trucos y consejos

Como siempre todas las verduras y especies que nombro aquí están porque son las que había en casa y yo uso habitualmente. Sustitutos por si no hay en tu despensa. El ajo es muy español, en las hamburguesas de por ahí no habrá ajo seguramente. Lo podéis cambiar por raíz de jengibre o ajetes. Los frutos secos picaditos a parte de sabor le dan textura a las hamburguesas para que no queden pastosas. La zanahoria de da textura y color. Puedes poner pimientos verde y/o rojo. Y el arroz blanco podéis cambiarlo por integral o por quinoa o cualquier otro cereal para incrementar la proteína vegetal de este plato.

Lo más difícil de este plato es darle forma con las manos a las hamburguesas. El horno ayuda a que se "sequen" y se pongan duras y luego sean más manejables a la hora de freírlas. Hacerlo con paciencia. Vísteme despacio que tengo prisa y estoy ligando unas hamburguesas veganas

En la foto de cabecera lo acompañé con ensalada de tabulé que es lo que tenía del día anterior pero lo suyo es una ensalada para aportar vitaminas y que no sea tan mazacote el plato. Si invitas a un hombre a tu casa a comer con esta receta ponle patatas fritas o couscous o pasta, que no diga que las vegetarianas nos morimos de hambre. Si invitas a una mujer parte un tomate con aceite. 

Mi último consejo. Compra local para fomentar el comercio y la actividad económica en tu pueblo y tu zona. Premia a los comerciantes que venden producto cercano (kilómetro cero) consumiendo sus productos. Come frutas y verduras de temporada. No solo ganas en precio, también en salud. Tienen todas las propiedades que pueden tener cuando los consumes en su momento. Las naranjas y mandarinas son todo lo mejores que pueden ser ahora. Aprovéchate. Ahora melón y sandia no tocan, aunque los encuentres en los supermercados.  El cuerpo es naturaleza. Ahora necesita de la vitamina C de la naranja. En verano del agua de la sandia.

Cocinar, compartir y disfrutar, feliz sábado sabadete.

martes, 5 de noviembre de 2013

Nueva actividad bloguera: Mi recetario vegano

Mi hermana Cristina lleva varios días dándome la paliza. No me mandas las recetas, no me mandas las recetas, no me mandas las recetas. Ella ha decidido dejar los lácteos. Se encuentra mejor cuando no los toma. Andrés, mi hermano pequeño, ha decidido que es intolerante a la lactosa. Se encuentra mejor cuando no la toma. Y ahí unos y otros, comen muy bien cuando vienen a casa o cuando voy yo a la suya cargadita de mis productos veganos.

Dije hace unos meses que era vegetariana y ahora digo que soy todo lo vegana que puedo, que es mucho. Ser todo lo uno que uno puede es un ejercicio tremendo de voluntad y como tal se ha de aplaudir. Yo creo que es bueno para mi, para el mundo y para los que me rodean. Cuanto más lo hago, más lo creo y más me beneficio de ello.

Blogs de recetas veganas y sobre la vida vegana hay mil. Pero yo quiero poner por escrito el mil uno, ya que Pere Gila es el blog de las especias que dan sabor a mi vida y esta, definitivamente es una de ellas. Entre amor, sol, soledad, hombres, niños, amistad, sexo, política, religión, cine, trabajo, libros y futbol, el cocinar es ranking casi número uno en mis prioridades. Así pues paso a iros mostrando recetas de lo que cocino y como. Que no todo son nabos, Jorge Carpio, que también hay empanadas bien ricas.  

Vegano, en sentido estricto de la dieta, es alguien que no consume productos de origen animal. Tan facil como eso. Eso implica cosas como la miel, la mantequilla o los huevos. No ha muerto ningún animal para que lo podamos consumir, ¿o si?, ¿o cómo ha vivido una vaca para que podamos untar mantequilla en una tostada? ¿de verdad no te puedes tomar esa tostada con aceite de oliva?. Allá cada cual con lo que se mete en la boca. Yo se muy bien lo que entra en la mía y como es mía y tengo ya una edad, nadie me va a decir que me tengo que meter. Hasta ahí todos conmigo ¿verdad?

La receta del día uno del blog es un guiso que toca en este lado del planeta. Noviembre es mes de legumbres en guiso. Como agosto lo es en ensaladas. A los que me seguís por allá os emplazo a hacer esta receta en marzo o algún día de frío grisáceo cuando la costa se pone brava y el alma se despunta.



Judias pintas con col china

1 vaso grande de judias pintas
6 vasos grandes de agua
1/2 col china
2 puerros
3 tomates
2 chiles guajillos 
1/2 cebolla blanca
3 dientes de ajo
3 zanahorias
1/2 vasito de vino de arroz integral
pimentón de la Vera (dulce)
Aceite de Oliva virgen de Jaén
3 hojas de Laurel 
Sal
Azúcar (yo usé panela que es azúcar sin refinar) para quitarle la acidez al tomate

Se hace un sofrito con las verduras muy picadas (todo lo pulido que uno sea) en orden más o menos puerro, cebolla, ajo, chiles (previamente remojados y sin pepitas) y zanahoria y al final los tomates rallados. Fuego suave para que las verduras se pochen y no se arrebaten ni se quemen. Si se pone brusco el tema apártalo del fuego y añade alguna verdura que tenga más agua o el tomate rallado o un poco de agua del caldo de cocción de las judías. Las judias si han estado unas 3 horas en remojo mejor o la noche anterior. Descartar el agua del remojo y ponerla en la olla a cocer mientras haces el sofrito. En la olla añadir el laurel.

Al terminar el sofrito (el tomate ya está oscurito y bien frito) añadir una cucharadita de café de pimentón de la Vera o de otro sitio bueno que, por favor, no sea Mercadona ni supermercados cutres. Para una cucharada de pimentón que usáis al mes, comprar uno decente. El plato se rejuvenece y los sabores se enaltecen. Sofreir el pimentón unos segundos (cuidado que se quema y amarga si os pasais) y añadirlo a la olla. Añadir el arroz y la col cortada en finito. Añadir sal. Cerrar la tapa (yo cocino con olla expres. Ahorro de tiempo y energía calorífica y los guisos quedan mortales). Una vez el pitorro se levanta y empieza a salir el vapor calcular 20 minutos.

Trucos y consejos

Todas las verduras que nombro aquí están porque son las que había en casa. Sustitutos por si no hay en tu despensa. Los puerros los cambias por cebollas, cebolletas etc. Si no tienes nada de eso baja a comprar o haz otra cosa. Las judías pintas por cualquier otra legumbre pero la combinación que os doy aquí es especialmente buena.  Los chiles guajillos por cualquier pimiento. El ajo por raíz de jengibre o ajetes. La zanahoria por calabacín o calabaza pero la zanahoria queda más entera. La col china por col de invierno o col normal (pero esta es muy tierna y suave y queda deliciosa). Y el arroz integral os recomiendo no cambiarlo porque queda bastante entero al pasar la cocción junto a la judía pinta que es muy dura.

Cuando me hablaban de la "carencia" en el consumo de proteína (tan necesaria para el ser humano) por parte de los que realizamos una dieta vegana (ya que no tomamos ni leche, ni quesos, ni yogures) decidí informarme bien químicamente hablando (todo es química y Carbono, que diría el señor Walter White).  Las proteínas animales tienen mayor valor biológico que las vegetales pero solo si miramos los alimentos por separado. Si combinamos correctamente diferentes alimentos vegetales mejoramos la calidad de la proteína. En el caso del plato de hoy la combinación de cereal (arroz) y legumbre (judia pinta) consigue establecer una proteína de alto valor biológico. Hay cereales como la quínoa ("cereal madre" en lengua quechua) que contiene todos los aminoácidos esenciales. Nutricionalmente la quínoa tiene proteínas superiores a la caseina de la leche y además contiene mayor cantidad de hierro y el famoso calcio (famoso por la paliza que me dan todos con la falta del calcio). 

Otro día os pongo una receta con lentejas y trigo o garbanzos con quínoa. Por cierto, salvo los chiles guajillos que me los trajo Andrés de su excursión por México, todos los demás ingredientes, a parte de en tiendas especializadas que hay en todos los pueblos, hasta en Gavá, se pueden encontrar en grandes supermercados como el francés Carrefour. En Mercadona no se si venden. Mercadona no lo piso por principios. Pero eso lo explico en otro post.

La próxima receta será más corta (si no me corto las venas) pero no menos interesante. ¿O que opinais vosotros? ¿Lo dejo estar? 

Feliz semana


"Yo tb tq, o como el whattsapp daña las relaciones"


La otra mañana al entrar como cada mañana en mi Facebook me tropecé con este video que había colgado mi amiga Ana Marquina. Bonita la canción, bonita la historia, tan bien contada... Tan de verdad. Basada en hechos reales que dicen las pelis americanas de Antena 3 los soporíferos domingos a la tarde.

Hoy he cambiado mi número de teléfono y aunque el guasap era la aplicación que más odio, más usaba y más deseaba eliminar en mi nueva vida, es la primera a la que he echado mano para comunicar a mis 480 contactos que mi teléfono desde hacia 12 años había dejado de ser mio y que por favor anotaran el nuevo. En eso guasap ahorra tiempo y dinero.

Mi principal odio hacía el guasap es que carece de tono y muchas veces los interlocutores no me pillan. La segunda característica que odio es su inmediatez. Se traduce en qué alguien que te ha visto conectada y te dice "Oyeeeeeeeeeeee, ¿estás?" porque no has contestado a su mensaje. Es como si te pillan en el baño y aporrean la puerta "¿ESTAAAAAAAAAAAAS?" Joder, pues si no contesto es porque no estoy, o no estoy para ti al menos. Y tengo todo el derecho, porque si estoy delante de tu cara si que te debo una explicación y no puedo mirar al cielo como si fuera Dustin Hoffman en Rain Man (que ya me gustaría, ya), pero si no estoy delante tuyo ni manteniendo una conversación, entonces no, no estoy. Aunque guasap diga el muy imbécil que estoy "en linea". 

A pesar de lo dicho, odio más la falta de tono que la inmediatez. Básicamente porque al no tener tono, el guasap no es un buen método de comunicación, pero últimamente lo usamos como eso. Y me comunico fatal. El que mis amigos no pillen mi tono de sarcasmo en directo es un habitual. Pero mi sarcasmo por escrito inmediato (no aquí que está editado y tardan en contestar) y meterme en líos, ha sido todo uno desde que el guasap llegó a mi vida. Incluso con familiares. Incluso con mis hermanos que estamos cortaditos por el mismo patrón sarcástico.

Todas las conversaciones que a mi me han parecido "susceptibles de error" las he conseguido aclarar. No he roto ni una sola amistad vía guasap (por ahora) aunque si una vía una red social. Cuando hablo de romper no me refiero a bloquear a una persona. Me refiero a que ya no vuelves a tener ningún tipo de relación con esa persona. Solo me ha pasado una vez y no me arrepiento porque esa persona me dejó de hablar. Y me mintió. En fin. Dejó de comunicarse conmigo. Lo malo habría sido quedarme sin alguien por que yo no hubiera interceptado esa "susceptibilidad" en la maraña de mis guasaps diarios.

Amigo es alguien con el que compartes cuando estás triste, enfadado, iracundo, alegre, feliz o sorprendido. Contactas porque tienes ganas de compartir. Y a ese alguien no le importa un pito, claro está. Te hace saber que te entiende, se alegra y se preocupa y su preocupación y apoyo a ti te valen. Y punto. Ya está. Eso es un amigo. No tiene que irse de cañas contigo todos los viernes. Ni hablar horas por teléfono. Ni ir al cine cada semana. Ni guasearte cada dos por tres seis. Ni darle me gusta a todas tus fotos de Face incluso a las de tus pies en la arena de la playa. Con cada amigo te comunicas de una o varias maneras. Pero la mejor de largo es en la cara. Si la cara falla entonces el teléfono. Por que el Skype es otra mierda para comunicarse, la verdad, con la de interrupciones a lo radiotelegrafistas en la segunda guerra mundial que hay por minuto. Puto zafarrancho de combate. 

Tengo amigos en Face que no conozco en la vida real y alguien puede decir "¡Pero eso no es un amigo!" ¿Por que no? Si cuando estoy triste me consuela. Cuando estoy victoriosa se alegra. Cuando me preocupo se preocupa. Cuando le necesito está. Diferente sería una relación de amor romántico (no amor de amistad). Si no hay piel (como dice mi Angels querida), o perspectiva de piel a corto plazo,  no hay romance. Pero la amistad verdadera supera a la piel siempre que la comunicación sea fluida. Siempre que nos entendamos, que nos conozcamos y que no nos mintamos.

Un caso de confusión guasera con una niña que es mi alma gemela y que durante años (aún hoy practicamos el "Adivina qué" y ZASCA, la otra adivina lo que sea que tengas en la cabeza) hemos jugado a la telepatía. Guaseando con Marian yo usaba (uso aún) mucho el simbolito de la sonrisa de dientes apretados. Un día, al principio del invento maligno, ella me dijo en medio de una conversación "¿Que te pasa? ¿Te has tomado una raya?" Viniendo de Marian ese humor negruzco es nuestro pan de cada día pero la conversación donde yo introduje el simbolito era un poco farragosa. Pensé que se refería a eso, a mi conversación, y no al simbolito y me lié con las explicaciones y ella no entendió nada. Me empecé a complicar y a sentirme mal y la acabé llamando. "¿Porque dices que si estoy tomando coca?, Mari, hija"  Me contestó riéndose que para ella eso de los dientes apretaos era el Bustamante encocado. Jesús, para mi es decir ·"jejeje".

Caso tonto y simple. La llamada fue la clave para averiguar, subsanar y olvidar. Ahora, con Marian, cuando pongo ese simbolito quiero decirle "Nena, hoy, me siento como si estuviera encocada, que viva la vida, viva Victoria"

Imagen de este post tomada de http://alfin2100.blogspot.com.es/2010/08/being-dustin-hoffman-as-rain-man.html

martes, 29 de octubre de 2013

"No parar mai de ballar"


Aterricé en tu casa una noche de otoño, justo como ahora. Me recogiste del Copacabana, el bar chileno mancunian que regentaban Juan (One) y Sara. Esa tarde anochecida inglesa en la que nos conocimos, mis ojos me delataron y te acercaste regalandome tu frase mágica: "Tengo cola-cao en casa ¿quieres venir y te hago uno?". Dije que si. No podía decir otra cosa. El cola-cao en Inglaterra no se daba. Una paz como la tuya tampoco me llegaba en aquellos días.

Vivías con ¿Ben y Maria? en una calle de un barrio de donde había salido una Spice Girl. No se si la mala o la tonta pero era un barrio si no de alta "qualité" de alta tasa de divertimento y humanidad. Recuerdo la entrada y que tu cuarto era el gabinete o salita de recibir de los ingleses. Según entras, en la planta baja, a mano izquierda. Con esos ventanales en redondilla como si vivieran en un castillo aún. Románticos y bonitos los ingleses de nuestra vida.

El cola-cao me sentó no bien, lo siguiente. Y tú te convertiste en mi amiga. Esa noche dormí en tu habitación en el colchón destinado a las visitas. Con el tiempo fuiste compañera laboral, compañera de casa y compañera de vida. Pero, amiga, amiga lo fuiste desde el momento en que me ofreciste tu bote de cola-cao en aquel bar donde yo reinaba tras la barra.

El finde de mi 42º cumple has recorrido nuestra España querida desde Eibar a Gavá, escalando en Barcelona y Vitoria, por aire y tierra, en horarios intempestivos solo para darme "musua bat" (un beso).  Ver tu cara de Paco Martinez Soria en el abuelo va a la ciudad al bajar del autobús del aeropuerto llegando a Plaza Cataluña y echarnos a reír fue todo en uno. Que abuelas estamos, por dios, dijimos. Con lo que hemos sido.

Esos días en casa, encuentro con el niño eléctrico incluido, fueron el mejor regalo que me podías haber hecho en tu vida. Venias para estar. Para tocarme y para verme.  



Nos regalamos: un paseo por el mar de Gavá; otro por donde estaba el pabellón 4 de Pere Gila que ha desaparecido junto con mis notas en sus tiestos; un aperitivo de patatas nuevas en la rambla de Gavá; hinchadas de terraza por el día y por la noche; un vino de mi bodega favorita con conversación interesante con el tabernero incluida en blanco y fresco para hacernos las adultas dejando esa noche la cerveza de lado; unas cervezas especiales el resto de los días para celebrar que estábamos juntas; comida vegetariana todo el tiempo (menos el atún aquel en la ensalada aquella en el restaurante al que nunca volveremos); cocinamos juntas la cena de mi cumpleaños para mis amigas y unos bailes en el salón de mi casa como cuando trabajábamos en el Copa con Maria Jimenez y Ray Barreto en destacables.

Pero lo mejor de todo han sido esas conversaciones. Ese desmigar el planeta tierra y nuestros amores. Nuestras familias y las plantas del caserío. Tu perro y mi madre. Tú Euskera y mi trabajo. Era como si el tiempo no hubiera pasado y volviéramos a tener veintitantos años. Sólo hubo una cosa. Una en la que el tiempo si nos ha cambiado. Solo una. Me lo dijiste en la terraza una mañana post desayuno. "Vaya, maixtia, ahora lloras tú. Jajaja. Cuando vivíamos en Manchester yo era la llorona. Tú nunca llorabas" "¿Ah no?" Te pregunté anegada en lágrimas y sonriendo "No. Bueno, alguna vez, pero era muy raro verte llorar". "Pues que bien que ahora lloro. Que burra era entonces ¿no?" 

Me alegra saber que he cambiado para mejor y que lo que nos mantenía unidas, aquel cola-cao, sigue estando presente en nuestras vidas. Te dejo la foto que más me gusta de esos días. No estamos maquilladas, ni la ha hecho la fotógrafa oficial, ni tiene retoques, ni filtros de instagram, ni siquiera tiene marco. A ti se te corta la cabeza. A mi se me adivina un granito, pero, querida Kaixo-Kristi, aquí, en medio del Garraf, nos queremos mucho

Bihotz eskerrik asko zu adiskidetasuna (y espero que el traductor que he elegido haya acertado)


A los demás quereros mucho, mucho y sobre todo decíroslo los unos a los otros. Que lo sepan los que están a vuestro lado. Sin amor nada vale y si os lo guardáis se pudre. Y, como me dijo en aquel cumpleaños en Manchester el fotógrafo oficial de mis años allá, de la foto que que ilustra el post: No dejéis nunca de bailar.