sábado, 29 de diciembre de 2012

Naturaleza domada, humanidad salvaje


El 26 de diciembre es San Esteban y es festivo en Cataluña, tierra donde habito y por la cual paseo.  Vivo a los pies del Garraf, parque natural del Baix LLobregat, y desde la ventana de mi cocina cada mañana puedo hacer el saludo al sol, mientras bebo una infusión, sin sacar una mano del bolsillo de mi bata de invierno y la otra de la taza recién calentada por el agua.  No es un saludo al sol al más puro estilo yogui de mi amiga Nirmala Devi (el sol sale por el mar, al otro lado de mi casa).  Es más bien un "Bon día Sol, ¿qué tal estas? yo muy bien. Hoy, 28 de diciembre, dormí del tirón".  

El día de San Esteban hacía un sol luminoso y casi cálido y salimos a pasear por el Garraf.  A los 12 minutos andando de mi casa se vislumbra esto


Realmente no tiene precio vivir en un pueblo así, pero muchas veces no nos damos cuenta.  Caminando por senderos diferentes al que habitualmente hacemos nos encontramos a nuestro paso con una visión a priori Spilbergriana (¿Kote, me dejas?). Este hombre podía bien haber grabado sus "Encuentros en la tercera fase" en la base del Garraf.  La vista a nuestros pies era la siguiente



Una enorme explanada llena de plantas secas.  Plantas insertadas en sus tiestos insertados a su vez en unos soportes de cemento.  Era raro y muy friki.  En aquel momento no había un cuerpo cerca, pero almas se sentían muchas.  Le daban al lugar un toque fantasmagórico. Los tallos de los antiguos troncos de Brasil o Palmeras era los únicos espectadores.  A mi hijo Luc todo aquello no le parecía raro y saltaba de un esqueleto de planta a otro diciendo “Mira mami, que bonito.  Hay caracoles”. 

Analizando mejor los alrededores vimos a lo lejos unas edificaciones tan poco naturales en ese paisaje como el cementerio de troncos del Brasil. A mi marido le daba mucho cague pero la periodista oculta y bloguera activa que hay en mí, Pere Gila, se lanzó al interior por un cristal roto y empezó a fotografiar la escena del crimen. 





Era como caminar por una peli de catástrofes naturales o muertos vivientes donde todos han sucumbido y esperas encontrarte con el siguiente peligro a la vuelta de la esquina, o como llegar a un paraíso perdido donde todo está por hacer enseñándote la promesa de lo que otros han sabido hacer antes que tú. Maravilloso y sepulcral de silencio. La luz y la temperatura cálida y gélida de diciembre soleado se colaba por cada vidrio del antiguo invernadero.  Al llegar al final del "Pabellón Uno" salí a la parte posterior y allí esperé a que llegaran mi marido y mi hijo rezagados.  El niño, tiraba del padre (un poco de curiosidad por favor...)


El "Pabellón Cuatro" situado el más lejano, tenía un candado al lado de la puerta totalmente limpia de cristales, como si alguien los hubiera quitado para evitar el efecto guillotina del que me estaba avisando mi marido desde hacía ya 15 minutos.  "¿No iras a entrar ahí, verdad?".  Agarró fuertemente la mano de su hijo y el niño no dijo ni mú, ni me siguió, claro está.  

En el interior esperándome encontrar un humo negro o un oso polar al más puro estilo de "Lost" y ya poderme morir agusto después de habérselo contado a mi cuñado Fernando Chesa, me encontré con esto




Una nueva vida ordenada crecía dentro de la humanidad salvaje.  Salí de puntillas y me dirigí al Garraf a acabar de pasear ensimismada con lo que quería decirme todo aquello.  

Aún hoy sigo dándole vueltas impactada.  Pero como últimamente me impacto con una mosca chocándose con un vidrio una y otra vez cuando antes lo veía normal y ahora le abro la ventana para que salga (deben ser los 40 que me han pegado fuerte un año después de cumplirlos) no sé racionalizar (MUY raro en mi...) y solo acierto a respirar.  

A vosotros, queridos Peregilos ¿Qué os inspira?.  Besos cálidos de diciembre desde el Garraf



miércoles, 19 de diciembre de 2012

Salinas tiene una peñona


Verano de 1986, Salinas, pueblecito costero de mi Asturias querida, tres chicas comiendo pipas en el murito de enfrente de La Gaspara.  Una de las chicas soy yo y la otra es mi prima Vir.  Desde que mis tíos se fueron a vivir por unos años a Asturias, todos los veranos y algunos fines de año yo me iba a pasar una temporada con ellos y mis primos.  Aquel verano lo tengo guardado en mi memoria adolescente especialmente debido a la intervención en la jugada de un chico bastante risueño y muy inteligente llamado, digamos, Álvaro (no vaya a ser que no le apetezca la publi...).  

La Gaspara, el bar de Salinas donde se decía que Julio Iglesias había dicho que se comía como en ningún sitio (ni que Julio Iglesias fuera Ferrán Adriá, pero en aquella época la opinión de los cocineros, la verdad, no pintaban mucho) estaba situada al lado de Los Tres Monitos y a ninguno de los dos podíamos ir.  Mi tía no nos dejaba ir a no ser que fuéramos con ellos, claro.  Nos entreteníamos mirando a los chicos desde la acera de enfrente.  

"Son de los mayores" información básica aportada por Vir.  Ella me había puesto en antecedentes sobre a quien le "prestaba" quien, o parecía prestarle, y quien andaba tras de alguna sin tener nada que hacer.  Después de observarles unas tardes yo me decidí a lo lejos y sin haber cruzado una palabra con él por Álvaro.  No era el más guapo.  Pero para mi era el que más natural parecía y mejor sonreía. No recuerdo si finalmente se acercaron ellos a hablar con Vir, Marta o Natalia o fuimos nosotras violando la prohibición de mi tía Mª Elvira, pero una tarde, muy al final del verano, nos hablaron. Y Álvaro se dirigió directamente a mi.  Algún "cace" de miradas me debía haber hecho ya. 

"Hola, ¿Cómo te llamas? ¿Cuantos años tienes?". La primera pregunta fue fácil   A la segunda contesté "Quince" "¿Si?" dijo mirándome con un pelín de sorna. "Bueno no, bueno casi" "Casi no es lo mismo que tenerlos" "Tengo 14 pero en octubre cumplo quince" "¿Que te parecería que yo te dijera que tengo una moto cuando lo que pasa es que tengo el dinero y "casi" me la he comprado? ¿Sería lo mismo?" Me puse como un tomate.  Ya estaba como medio tomate desde que clavó sus ojos en mi y la mentira que le dije a los cinco segundos de conocernos acabó de rematarme.  "Yo tengo 18.  Encantado de conocerte" Y me sonrió. Y me encantó. 

Ese verano conversamos un par de veces más y el último día me atreví a preguntarle si me escribiría si le daba mi dirección.  Para mi sorpresa me dijo que si. No había email ni redes sociales queridos jóvenes.  Yo tenía mucha correspondencia con mis primas, las de Jaén y la de Asturias y con un montón de amigas de mi prima Virginia y con mis amigas de Madrid cuando estaba de veraneo.  Era un no parar.  Tenía fama de escribir a vuelta de correo, lo que en el año 86 quería decir tres días de ida, tres días de vuelta, y ya tenías carta de tu amiga Pere Gila.  Pero los chicos no escribían mucho.  Al menos no a mí.  Ese otoño aprendí a escribir cartas de verdad.  

Sus cartas llegaban cada semana incluso dos veces por semana y cada una tenía tres folios.  Eran cartas particularmente sarcásticas, muy ácidas y rebosantes de humor.  Álvaro tenía una gran inteligencia puesta al servicio de la risa.  Yo intentaba dejar de escribir los pasteles que les escribía a las otras y centrarme en la parte ocurrente y chisposa que nace de mis genes jienenses.   Le debía hacer gracia por que fueron llegando una tras otra. Y yo, me enamoré.  

En una de las cartas de finales de otoño me dijo que yo le gustaba pero siguió con el tono de farra y cachondeo tan propio de él y que tanto me gustaba.  Ese fin de año mis padres me dejaron pasarlo con mis tíos en Salinas.  Por fin tenía 15 años y me dejarían salir después de las uvas.  El día que llegué estaba temblando como un flan y mi prima lo tenía todo preparado.  Cómo me había escrito con todas las chicas de su panda y Álvaro se lo habría dicho a algún amigo medio pueblo estaba a la "guais" del tema.  Fuimos a Avilés a un bar que se llamaba "Country" (no me acuerdo muy bien, la verdad, Virginia tendrá que corregirme) y él iba a estar allí. También todos sus amigos y cada una de las amigas de mi prima le tenía el ojo echado a alguno.  Muy de peli adolescente americana, la verdad.  Le vi a lo lejos y se puso como un tomate.  Yo no me quería separar de mi prima.  Sudaba y estaba medio tartaja.  Nos pasamos la noche cada grupo en una esquina del local, nosotras bailando como locas, ellos bebiendo como hombretones que eran.  Al final de la noche (las 22.30) las luces se encendieron y ellos le empujaron hacia mi y ellas me empujaron hacia él.  ¡¡Que horror!!  aquello no era nada intimo ni especial.  Sentía veinte pares de ojos en mi espalda.  Nos intercambiamos unos holas, un par de besos y no recuerdo nada más de la conversación salvo el sentimiento de no querer estar allí.  Mi prima me rescató y me llevó de vuelta a Salinas.

En mitad de la noche sonó el teléfono en casa de mis tios (no había móviles, queridos jóvenes) .  Mi prima lo cogió corriendo esperando que su padre no se hubiera enterado.  Colgó, me miró y se rió.  "Era Javier" (nombre ficticio también y amigo de Álvaro) "Solo ha dicho una palabra y ha colgado" "¿Qué palabra?" "Frígida".  Nos reímos y nos quedamos igual.  Al día siguiente busqué en el diccionario y me enfadé muchísimo.  ¿Cómo sabe que soy una mujer que no puede llegar al orgasmo? Le decía a mi prima ¿Acaso se nota eso en la cara?.  Durante años me preocupó el que esos chicos hubieran visto en mi algo oculto que les hiciera saber que yo era una frígida.

Vi dos veces más Álvaro aquellas Navidades pero no hablamos más y me fui muerta de la pena para Madrid.   Era muy joven para explicarle que aún no me habían besado (cómo Drew Barrimore en la peli, pero yo era más guapa aunque igual de pava) y que había visto muchas películas y que en las películas no era como fue en el Country.

El verano siguiente él andaba ya con la cabeza en otra chica y yo me tuve que buscar otro que me "prestara" para entretenerme la cabeza las noches festivaleras.  Tuve la inmensa suerte de reanudar la correspondencia con él cuando me marché a EEUU el año que yo cumplí 17.  Le mandé una carta diciéndole que me encantaría volver a escribirme con él.  Me contestó y volvimos a iniciar la mejor relación epistolar que he tenido en mi vida.  Al volver a Madrid empecé a salir con un chico y pensé que a mi novio no le gustaría que me siguiera escribiendo con Álvaro y allí se acabó todo.  Ese verano mi prima se vino a vivir a Madrid para siempre.  No le he vuelto a ver.

Donde quieras que estés que sepas que tus cartas fueron mejor que muchos libros de mi adolescencia y eso que yo leía mucho y era una pura ratona de biblioteca.  Gracias por hacerme feliz aquellos años y gracias a mi Vir, mi Elvi y mi JR por hacer posible esta y otras muchas historias.

Imagen de la Peñona de Salinas de http://rinconesypueblosdeasturias.blogspot.com.es/2008/09/la-peona-salinas.html 

jueves, 13 de diciembre de 2012

Gormitis de la luz



Por fin consigo ponerme en posición de loto solo para que mi hijo Luc sepa que estoy meditando y no me hable.  Si se acerca cierro más aun los ojos e intento no pensar.  Solo eso.  Respirar y no pensar. Ja.  Super difícil de la muerte.  En ello estoy cuando al ratito (ratito = 3 nanosegundos) siento un algo que se arrastra cerca de mi y sonrío.  El algo viene sin hacer ruido y oigo su respiración contenida.  Como no tenemos perro y las tortugas no se me acercan ni cuando les doy de comer, deduzco que es Luc que no se puede aguantar sin hablarme más.  Se acerca sigiloso a mi oreja y en un susurro me suela “Mami…. ¿Sabes donde está el Gran Luminor?” “NO HIJO” pienso “PERO ESTABA A PUNTO DE SABERLO” Luego me río pues mi mente ya ha viajado a los cajones de su cuarto y en el primer cajón que mi mente ha abierto allí está impepinablemente el Gran Luminor.  

Son dos conceptos distintos.  Para él es un muñecaco de los Gormitis que tienen el morro de llamarse “Señores de la naturaleza”.  El citado Luminor a veces es un señor anciano sabio y otras un caballero del zodiaco remodelado en blanco amarillo y oro como muestra la foto (un poco Norma Duval en una revista de la época franquista).  Luminor lucha contra Oscurior (que es negro, claro está, y tiene forma de cabra endemoniada).  Para mi el Gran Luminor es ese estado en el que quiero estar de no pensar, de solo estar.

Se que cuando vuelva de ese estado (tengo muchas cosas que hacer para quedarme así en la nada flotando más de 3 nanosegundos) estaré más en paz conmigo mismo y por lo tanto mucho mejor.  No me regañaré y no regañaré a todos los que se crucen conmigo.  Analizando la simbología del muñeco encontrado en mi mano una vez que he dejado la terraza y escuchando con atención por primera vez los diálogos de mi hijo con sus muñecos (es hijo único y habla con todo lo que se menea y con lo que no, también) entiendo que usando el lenguaje que usa: “poder de la luz”, “por la fuera de las mareas” y “vientos huracanados”; los Gormitis, aquí entre nos, son bastantes yoguis.

Me quedo más tranquila y me voy a desayunar.  Estos muñecos cuando luchan nunca se tocan.  Siempre ganan o pierden a través de energías que se envían unos a otros.  Y estas energías son poderes de la naturaleza, las rocas, el mar, el aire, el bosque.  Lo peor es que el “maligno” tiene el poder del volcán.  Los secuaces de Oscurior son Magmion y Lavion (¿lo pilláis: El magma y la lava) y quieren someter a toda la tierra de los Gormitis (¿Gormitilandia?) a su poder de fuego.

Me gusta eso de que no se toquen para luchar.  Me ayuda a evitar que Luc se casque con alguien en el patio del cole.  Cuando era más pequeño jugábamos a las peleillas y al rey león.  Él se moría como Mufasa y se reconvertía en Simba enseguida y yo tenía que ser toda la escena el rollo de Scarf o las hienas a lo sumo, claro.  Nos dábamos de lo lindo como cachorros de león.  En aquel entonces yo controlaba mi fuerza y él no tenía.  Al crecer un día me llamó la maestra de primero de infantil y me dijo que Luc le había dicho que con su mamá jugaba a las peleillas.  Vayaaaaaaa.  Me miró como un poco flipada.  Mi hijo es grande y al hacer contacto del duro con otros compañeros los derribaba.  No puede ser.  Así que los Gormitis han venido muy bien, porque además no sangran ni se mueren nunca y eso a nivel básico me viene muy bien.

Espero que en poco tiempo pase a la fase de construir grandes imperios por el salón y el pasillo y monte ciudades ecológicas y huertos urbanos.  Hoy para empezar, como es muy creativo, mucho más que yo, vamos a hacer unas postales de navidad para mandar a quien nos mandaron postales en verano, que vamos muy retrasados.  Paz y amor para todos en especial a Luz que le viene haciendo falta por lo que la reclama. Your Ann de la Jung

Foto de http://mi-gormiti.blogspot.com.es/2009/03/luminor-el-senor-de-luz.html 

lunes, 10 de diciembre de 2012

Navidad, dulce Navidad, parte II


El día de año nuevo solía ser la primera de mis hermanos en levantarme para acurrucarme bajo la manta en el sofá y ver "La princesa prometida".  Cristina también la veía conmigo ya que siempre ha sido muy tempranera.  No sé que hacían mis padres en año nuevo porque no tengo ningún recuerdo de ninguno de los dos de ese día (curioso...) pero supongo que desaparecer no desaparecerían. Mi madre trabajaba de auxiliar en el hospital Ramón y Cajal de Madrid y tengo la vaga impresión que la guardia del día 31 o la del 1 se la comía con patatas por eso de tener 5 hijos y total tú María Cristina no vas a salir, ¿verdad?

Pero se equivocaban.  Mis padres no salían por que mis tíos Jose Ramón y María Elvira montaba unos fiestones en su casa en fin de año que padres e hijos nos quedábamos allí hasta bien pasadas las uvas.  La mayor parte de las veces la mayoría de nosotros nos lo hubiéramos pasado mejor continuando la fiesta en la calle Cariatides que marchándonos a donde fuera que tuviéramos la fiesta aquel año.

Mis tías son cocineras impresionantes y organizadoras natas.  Socialmente tampoco son cojas.  Ya lo dijo un año mi amigo Nacho que el  ir a casa Morci a celebrar fin de año era como asistir a las fiestas del embajador, Ferrero Rocher incluidos. El 24 de diciembre, en La Chopera, casa de Carmen y Agustín, cada año caía la pava o pavo, según se despertase el niño Jesús.  Más de un año había dos niños Jesuses en el Belén por lo que el sexo de la pava variaba según se situase el huevo hilao por lo bajini o por la parte de arriba con alcaparras por pezones. Mi tío Agustín siempre fue muy de mirar erótico festivo y sonrisa zalamera.  A mi me enseñó con 16 años a dar besos en la mejilla levantándome sobre la punta de un pie y flexionando hacia atrás la rodilla de la otra pierna.  Así, volteando la cara y soltando la risa clara se conquistaba al macho Español.  Que cosas tenía mi tío Agustín.  Aun hoy, en ocasiones que lo merezcan, alzo la pierna hacia atrás flexionando gentilmente la rodilla y sonrío acordándome de él.

En fin de año aparecía mi tía Amalia y su temible pintalabios carmín ultimo modelo.  Al llegar a casa de Mª Elvira y Jose Ramón nos asaltaban en el hall ella, su pintalabios y las caras cachondonas de mis primas con ojos de "no hay nada que hacer".  Yo temblaba si veía a Virginia con los labios rojos igualados a todas las Morcis.  Si Virginia había sucumbido, yo, no tenía nada que hacer.  Daba igual mi cara pálida y lechosa de 31 de diciembre, mi madrina no tenía piedad.  "Anaaaaaa" me perseguía "No llevas pintalabios hijaaaaaaaa".  Mi hermana Cristina se los pintaba de gris marengo o violeta luto antes que dejarse pillar, pero.... siempre pillaba.

Jose Ramón moreno y sonriente cuestionaba nuestros peinados.  "En esta familia todas decís que todas estáis guapas y no te das cuenta que eso es imposible? Alguna estará fea, digo yo, o algún día feo tendrá hasta la más guapa.  Y ese flequillo...." Mi tío odia el flequillo   Debe ser por que él es calvo.  Mª Elvira, su mujer, corría a nuestro socorro "Jose, déjalas  hombre" y nos plantaba una bandeja de montaditos con mermelada de pimientos hecha por ella o remontándome más años atrás, la fantástica mantequilla de anchoa.  A mi siempre me hacía gracia mi tio JR, sobre todo en fin de año, que estaba tan contento de tenernos en su casa un año más que ningún flequillo de sus amadas sobrinas le arruinaba el brindis.  Mª Elvira me desgranaba todas su recetas a mis oídos curiosos y quitaba importancia a su maravilloso, por sencillo y exquisito, mousse de limón.  

El 24, en La Chopera, cantábamos más que en fin de año.  Hacíamos el teatrico y pasábamos la gorra-pandereta al ritmo de "¿De quien es esa casa, que tiene tantos balcones? Es del tío Javier, que tiene muchos millones, al quiriquiquí, al quiricuanto, de aquí no me voy sin el aguinaldoooooo".  Javier cantaba con su mujer Luisa en árabe  vasco, catalán o francés.  Cuando era pequeña yo pensaba que se las inventaba pero resulta que no, que los dos se habían aprendido las diversas canciones en su lengua original. Se acompañaban con dos cucharas de palo que traían de casa como si fueran las baquetas de Ringo Starr.  Repartían papelitos y nos hacían cantar a todos.  Otros años repartían además CD´s  (este verano yo he cantado a voz en grito con mi marido L´estaca de Lluis Llach en mi coche camino de Francia de un CD grabado por mi tío Javier).  Cuando era pequeña quería un novio que cantara conmigo delante de todos sin que le diera vergüenza y me mirara como mi tío Javier miraba a mi tía Luisa al cantar.

En los años 90 los novios (eramos 8 chicas contra 2 chicos en edad de merecer. Había pues muchos más novios que novias) llegaban a una y otra casa habiéndose encomendado a dios o el diablo según sus creencias.  Mis tías les recibían folkloricas y cantarinas y mis tíos conciliadores "Las Morcis, es lo que tienen.  Son folloneras" (Yo creo que la madre de Jordi Évole es prima lejana de mi madre)

La vuelta a casa desde La Chopera era más divertida que desde Cariatides.  Seis Cruz-Morci apretados en el coche volvíamos a Caleruega comentando los regalos que nos habían tocado en el amigo invisible, si Miguel había ayudado a levantar el consomé con Laura cuando le dijo Carmita, si Macarena había crecido una barbaridad desde la última vez que la vimos, si tu sabes quien es Alvaro y quien es Adrian y ¿cómo los puedes confundir?, si la salsa de este año del pavo estaba más rica que la del año pasado, si el vino que había ganado el concurso de JR era del Lidl o era de bodega lujosa, si Agustín se había emocionado con el violín de Andrés, si mamá estaría afónica de cantar "esta noche ha llovido mañana hay barro" al día siguiente o no, si Coral dejaría de fumar el día que tenga hijas, si Virginia se comió más patas de centolla gracias a que se sentó al lado de Carmen a la que no le gustan y así se comió su ración, si Carolina debe dejar de estudiar ya la pobre, que es Navidad, si la abuela le dejará de decir a los novios que vengan cada año que aunque no son muy guapos se les ve buenas personas....

Las navidades son agotadoras, sudorosas, humeantes, calientes, frías de bronquitis, cargantes, alcohólicas  vociferantes, pero sobre todo, son muy, muy familiares, y si tienes la suerte de sentir a tu familia cerca, son mucho más felices.  Feliz Navidad a todos.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Sobre la Ley de ¿mejora educativa?



Buenos y brillantes días en este 6 de diciembre del año 2012 cuando celebramos la firma de la Constitución Española.  Constitución que yo, ciudadana Española desde la cuna y más allá, no firmé teniendo ya 41 años (yo, no ella).  Parece ser que es importante no tocarla.  Es inamovible.  Al menos no muy movible o tocable.  Solo para las cosas importantes.  El gobierno socialista (¿¡Socilista?!) si tuvo a bien tocar y reformar en un tiempo récord y sin consulta.

Este no era el post que pretendía escribir hoy pero la actualidad se impone a mi realidad.  Siendo española y viviendo en Cataluña, hablo Catalán antes de pisar estas amadas tierras gracias a que alguien me habló en catalán nada más conocerme en Manchester, Inglaterra.  Si, lo reconozco.  Es una manera muy frik de ligarse a una madrileña pero lo consiguió.  Me ligó y aprendí catalán. Por desgracia no lo escribo y lo leo del tirón con dificultad. Leo artículos y opiniones, y trabajo a diario con el catalán pero no leo libros.  Y yo, si que leo libros.  No hago estas dos últimas cosas a pesar de llevar más de diez años viviendo aquí porque no fui a la escuela en catalán.  Y no me he apuntado a ningún curso como hizo mi hermana que en menos de un año se sacó el nivel C de catalán (nivel válido para poder optar a unas oposiciones de enseñanza en la Comunidad Valenciana) y se sacó la plaza de maestra en Valencia al año siguiente.  Muy difícil, pues, no debe ser.  Lo sigo hablando más bien que mal gracias a que tengo amigos que siguen interactuando conmigo en su lengua.  Para mi es un honor que tengan ese detalle conmigo.  Gracias a eso no he perdido el catalán que aprendí hace años en Inglaterra.

Esto me da vergüenza a nivel personal pues pienso que una persona con idiomas es una persona con cultura.  No me malinterpretéis.  Quien no tiene idiomas no es que no tenga cultura ya que puede adquirirla de otras mil maneras como el estudio y trato diario con la pintura, la música, la lectura, el teatro, la cocina…. El ser humano es tan amplio y sus posibilidades tan enormes que somos capaces de hacer coincidir en tiempo y espacio con sus circunstancias a un Hitler y un Einstein.  En clase de mi hijo Luc que tiene cinco años, entre otros 26 niños, hay tres niñas marroquíes y estas tres niñas, escolarizadas en un centro público catalán, hablan catalán, castellano y marroquí.  Juegan en tres idiomas, hablan en tres idiomas, empiezan a leer y escribir en tres idiomas y mi hijo siente mucha envidia de ellas.  Él solo lo hace en dos.  Y yo siento mucha envidia de él.  Tiene toda la vida por delante para seguir añadiendo el inglés como su madre y el francés y el alemán como su padre.

Las mismas personas que me argumentan que si al padre de un pobre niño madrileño le destinan por trabajo a Cataluña (ya no será “pobre” el niño madrileño.  Su padre tiene trabajo para empezar y lo suficientemente bien remunerado como para que todos le sigan a otra provincia) tendrá un rendimiento menor en la escuela porque tendrá que aprender catalán, son las mismas personas que me argumentan que ¿Porque hay que hacer mezquitas o porque celebran el Ramadán los árabes en nuestro país? Coño (es gente que usa mucho el coño en la boca) ¿Por qué no se adaptan a nuestra cultura? Si no que no vengan.

Señor Wert nuestra cultura (y ya la siento mía) a parte de comer pantumacat (como dicen por allí), hacer castellets, regalar libros y rosas por Sant Jordi y conseguir los juegos olímpicos que Madrid no ha conseguido (bueno esto no es cultural, o si, por que negociamos mucho mejor que la gente del centro), nuestra cultura como digo, es la lengua catalana.  

Me da Wertgüenza ser española y madrileña como tú.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Navidad, Navidad, dulce Navidad....


Siempre me ha gustado la Navidad.  Cuando era pequeña más, la verdad.  Creo que porque la disfrutaba y no la analizaba, aunque oía en conversaciones de los mayores que "la Navidad es triste" o "se echan de menos a los que no están".  Cuando era niña mi principal motivo de alegría era no tener colegio y poder estar en casa sin hacer nada más que jugar y mangonear a mis cuatro hermanos. El verano es muy largo y al final aburre pero la Navidad es corta. Justo cuando se empieza a poner mal, allá por el 3 o 4 de enero van y vienen los reyes como puntilla final.

Para mi la Navidad era el momento de bajar a Jaén y que no hiciera calor y comer muchas, muchas cosas ricas.  La mayoría guardadas bajo un pañito en una bandeja de alpaca en la parte baja del armario del salón de casa de mi abuela Felisa o de mi tia Tere.  Cargada la bandeja de bolas de coco para mi hermana Cristinilla, alfajor caserísimo para los mayores, hojaldrinas de las de panadería para Carmen y su dedo chupador de azúcar  mantecados de huevo para mi y el resto de cosas y todas las nuestras para el ratón de mi hermano Eduarditogüevofrito.  A Andrés (mi hermano pequeño) no lo recuerdo comiendo mucho, pero lo cierto es que no comía ni en Navidad ni cuando no lo era, por eso mi madre le daba Desarrol que a mi primo Luis Felipe le había ido muy bien, decía mi tía Luisa, pero los genes de Andrés no iban a resultar ser los mismos que los de Luisfe.  Volvíamos cargados de chorizos de matanza, aceite, alcaparrones para mi madre (a los demás no nos gustaba a ninguno), patatas de Casa Paco para mi padre (o eso creía él que luego nos las comíamos nosotros) y una mezcla de olor a gasolina de la época (que entonces olía más), sudor de niño fogoso, y comida andaluza contundente.  A 60km por hora por la autovía de Andalucía un Madrid muy frió y muy luminoso nos esperaba a los 7 con los brazos abiertos.  

Con mis dos familias, la materna y la paterna, comíamos mucho, cantábamos una barbaridad y los niños jugabamos hasta caer rendidos.  Nosotros eramos cinco, pero por parte de madre eramos 17 primos y por parte de padre 11.  Los juegos,las injusticias, las rendiciones, los sobornos, los besos, las peleillas, los "Eduardito me ha pegadoooooooooooooo", estaban normalmente asegurados.  Y en Navidad más.

Con la edad llegó la adolescencia y los primeros novietes asomaron las cabeza muy precavidamente y en uno y otro destino (Jaén y Madrid) tuvieron que aguantar chanzas y bromas demostrando correa en dos familias matriarcales a la Española los hombres y las mujeres ser merecedoras de los "nuestros".  Más guapos no hay ninguno.

Yo adoro a mis tías y mis tíos y a mis abuelos, tres de los cuatro los disfruté hasta estar entrada en la adolescencia y por corriente de simpatía amé a mis primos y primas.  Todos me enseñaban en cada momento que podían que el amor, la risa y el perdón eran las armas de mis dos familias tan dispares a la vez pero tan iguales.

Hoy, a dos semanas de la Navidad, cuando ya solo me queda una abuela y vive en Málaga y yo en Barcelona, cuando mis padres ya no están juntos y mis tios y primos andan por toda la geografía española, hoy, estoy triste.  Y... luego sonrío  y recuerdo que lo más importante que tengo son todos ellos y que si cojo el teléfono y llamo a cualquiera, pero a cualquiera de ellos, sonreirán, me demostrarán lo que me quieren y la alegría que les da el que les haya llamado y entonces me daré cuenta que esta Navidad, aunque no esté cerca físicamente de muchos de ellos, todos, todos, estarán siempre espiritualmente conmigo.  Y yo tengo que ser capaz de enseñarle eso a mi hijo Luc.

Feliz Navidad a todos

Foto del belén de mi casa del año 2010 con "cielo" pintado por Luc



jueves, 29 de noviembre de 2012

El invierno del mundo, de Ken Follett



Yo, a Ken Follett, lo tenía atragantado.  Para empezar ese nombre, Follett, que no haré las gracias facilonas pero todos lo tenéis en mente (menos los catalanes ya que follet es un duende).  Y Ken es un nombre varonil al que, gracias a nuestra amiga Barbie, no tenemos ninguna mucho aprecio.  Últimamente Toy Story 3 hizo algo en el favor de los Ken del mundo marcándose un baile con pase de atuendos, más o menos masculinos, memorable.  Para seguir que allá por los noventa todo el mundo te daba la paliza a todas horas sobre si te habías leído o no el novelón de “Los pilares de la tierra” y ponían los ojos en blanco cuando decías que no y que además no lo pensabas leer porque tenias al Follett atragantao.  No lo entendían. Y yo me enfurruñaba aún más.  Yo era (soy, pero menos) muy enfadica.

Un día estando sola y aburrida en un verano tostón, alguien me lo pasó (creo que fue Mari) y no me quedaron muchos argumentos y si muchas horas de tedio y me lo empecé a leer.  No recuerdo el año ni las circunstancias.  Recuerdo el  momento en el que el Sr Follett me enganchó.  Fue cuando, tras una descripción muy minuciosa y realista a lo escritor histórico que se ha empollado unos buenos tochazos idem, y que me tenían medio aburrida medio interesada (soy muy, muy de la novela mágica-espiritual-carnal de los escritores hispanoamericanos), mi amigo Ken, narró el parto de la mujer de Tom (es al principio, no voy a hacer ningún spoiler muy grave) y describió unos paños muy particulares y su forma de usarlo.  Me pareció tan tierno.  Tan poco masculino y tan poco yankie.  Miré la solapa del libro y sonreí.  Ken es Galés.

Ahora todo el mundo está dando la matraca con “Los pilares de la tierra”, otra vez, pues el año pasado emitieron una serie en televisión basada en el libro que no está mal del todo.  He de reconocer que tras mi espanto inicial ante la idea, me enganché.  Mis amigos Ana y Javier a través de Facebook comentándola on-line hacía que la disfrutara aún más.  Ya sé que on-line no es lo mismo que con tus amigos en el sofá y unas cervezas y patatas fritas (yo no como palomitas) pero con 40 años, un hijo de 5 y viviendo en ciudades distintas, Facebook, me proporcionaba esas noches unas risas muy cómplices con mis dos amigos.

La segunda parte de ese libro, “Un mundo sin fin”, engancha sobre todo porque Ken continua muy bien las tramas a lo patio de vecino y sabes lo que le pasa a todo el mundo veinte años después.  Siempre se carga a alguien importante y siempre violan a la más guapa, orgullosa y valiente y esta luego toma venganza de una manera nada sanguinaria pero a veces muy cruel.  Vamos lo que nos gustaría a todos.  Pero no es ni la mitad de bueno que el primero.  Se deja leer.

A diferencia del cine que ya no hay nada que merezca la pena ver, con los libros, pasa al contrario.  Sí que hay mucha basura con grandes inversiones en marketing que si no te los lees no habrá cambiado tú vida, pero en general, como no es el negociazo del mundo ya que la gente cada vez lee menos libros, al lector, le cuelan menos porquerías que al espectador.

Cuento esto por que Ken no es García Márquez.  La verdad es que no le llega ni a la suela de los zapatos y ¿entretiene? Pues sí, mucho. Quitando las muertes un poco sin ton ni son y el tono un poco machista disfrazado de progre, he de decir que las novelas entretienen y enganchan.  En una dura noche de invierno bajo las mantas ¿qué más quieres? (bueno, si, puedes querer a Dani Mateo que he visto en mi anterior post que este despertaba pasiones de uno y otro calibre)

Me acabo de terminar el magnífico “El invierno del mundo” regalo ansiado de mi cumpleaños regalado por mi Mari Carmen.  Es el segundo libro de la trilogía “The Century” (El Siglo).  El primero es “La caída de los gigantes”.  La trilogía tienen chicha y trama, mucha trama.  Desde la primera guerra mundial y la revolución bolchevique, Ken te guía a través de la segunda, la guerra civil y el nacimiento de la desastrosa bomba atómica para acabar con la guerra fría y el final del siglo XX.   ¿Lo mejor? Te lleva de la mano de cinco familias, abuelos, padres e hijos.  Las familias son: una galesa (como no, querido Ken), una estadounidense, una inglesa, una rusa y una alemana.  Hay políticos, soldados, mineros, nobles, bastardos, vamos, cocktail completito.

¿Merece la pena? Leer, siempre, merece la pena, aunque solo sean los twits de mi amado Dani, pero chicos… démosle a la vida un poco más de valor y memoria.  Sobre todo memoria histórica.  Nos hace falta recordar mucho lo que otros, nuestros abuelos y padres, han pasado. ¿Qué coño es eso de no ir a votar?, en fin que me desvío del post.  Buena lectura a todos

Imagen sacada de http://properaparadacultura.blogspot.com.es/2012/09/el-invierno-del-mundo-ken-follet.html

viernes, 23 de noviembre de 2012

La lista de Ross


Lo primero que he hecho antes de empezar a escribir el post es buscar la foto del mismo y he de reconocer que he estado un buen rato, no porque no supiera qué poner (era obvio que Viggo era EL CANDIDATO) pero ¿Con cual de las fotos de Viggo quedarme?.  Está tan, pero tan bueno, que el escribirlo me pone mala perdida.  Los rubiejos con ojos azules no son lo mio para nada.  Me aburrí de ver todas las mañana a mi hermano en casa.  Para mi es mucho más exótico el varón patrio (y no me refiero a Rajoy o Artur) me refiero a los morenazos, picarones de ojos oscuros y franca (o no) sonrisa. Para muestra un botón, finalmente me arrejunté (no casada, sorry) con uno que casa con la descripción.  

¿Qué hace Viggo aquí? Viggo es el primero de mi lista. Si hombre, la lista de famosos. ¿No sabéis de qué lista os hablo? ¿No habéis visto Friends? ¿Como es posible? ¿Cuantos años tenéis?. En un episodio de Friends, Ross, uno de los protagonistas, ve en una cafetería a Isabella Rossellini y le pide a Rachel, su novia en ese momento de la serie, que si se puede acercar a ella porque, aunque ya no está en su "lista" había estado hasta que la sacó por culpa de Chandler.  Os dejo aquí un link del vídeo por si lo queréis volver a ver o por si nunca lo visteis (merece la pena)

El caso es que Viggo es mi número uno de la lista.  Si me lo encuentro en un bar y me lo ligo, quiero decir, no me lo ligo, él va y se acerca a mi, yo le gusto un montón, insiste e insiste y entonces, mi marido (mi arrejuntao pero por mi madre digo ya marido) me deja irme con él por que está en mi lista. La verdad sea dicha, antes no estaba. Hay dos cosas que le han catapultado al número uno.  La primera la escenaca de la escalera de la peli "Una historia de violencia" con Maria Bello (no os pongo el vídeo por que no lo he encontrado) y la segunda: Ariadna Gil. Si están juntos y ella vive aquí, tal como diría Chandler, Viggo ha pasado de ser internacional a ser local.  Genial!!

Cuando no existía mi marido yo ya hacía listas en mi cabeza. Con quien mi iría un rato tal cual me mirase. El primero de todos fue James Dean.  Si, está  muerto, pero cuando una tiene 17 años lo de los muertos o vampiros importa muy poco, que se lo digan a la chica de la saga Crepúsculo.  James Dean me duró hasta poco antes de finalizar el instituto cuando me dí cuenta que con chicos muertos más valía no entablar relaciones.  Pasé por Woody Allen (pensar que si hasta su hija se ha liado con él tiene que ser tremendo), Antonio Banderas (bah, no os riáis os hablo de la época de "Átame"), Tom Cruise de cuando "Top gun", Brad de "Thelma y Louise" (¡la virgen santa! ¿eh chicas?), Rober y Paul de "Dos hombres y un destino" (bueno estos me gustaban como hombres genéricos pero no como para irme con ellos una noche si no para ver muchas de sus pelis, una cosa rara), Bruce de "Luz de luna", Pierce Brosnan de "Remigton Steele" y un sinfín más.

Os habréis fijado que los famosos con los que desaparecería del planeta cuando era más jovencita, por unas horas, eran todos, toditos actores. Vamos que aquí no teníamos un Kennedy patrio que nos pusiera candongas a las de mi edad (Suarez pilla muy lejos y tenía un look de antiguo que tiraba para atrás).  En la actualidad, y a lo que va el post y os interesa a todas, queridas lectoras y a todos, queridos famosos que me seguís (por si estáis en la lista), mi plastificada inamovible es la siguiente:

  1. Viggo
  2. Punset
  3. Jordi Évole
  4. Pablo Motos
  5. Javier Bardem

Bueno Pablo es coña, para que os rierais un rato.  Odio a Pablo Motos.  Con lo que me gustaba en la radio, que cosas.  Hay gente que no debería salir en la tele.  Mirad a mi pobre Iñaki Gabilondo.  En fin, la lista en serio

  1. Viggo
  2. Dani Mateo (me pone tonta, tonta, tonta)
  3. Pep Guardiola (aja!! lo habéis flipado eh?, Pero imaginaros que le gusto....)
  4. Eduardo Noriega 
  5. Javier Bardem
Se que es una lista muy rara pero cosas que tiene una. Soy rara. ¿Y las vuestras? ¿Cuales son los macizorros de vuestras vidas? Por cierto no voy a desvelar su lista entera (no sea que alguna se apunte) pero curiosamente la número uno de la lista de mi marido es... Jennifer Aniston (la Rachel de Ross). Va dao. Es internacional y no pasa por aquí ni así la fiche Porcelanosa. 


Fotografía sacada de http://www.scifiworld.es/noticias.php?id_noticia=9412

viernes, 16 de noviembre de 2012

Amigos, parte II


En el último post os contaba mi nuevo concepto de la amistad y en este os voy a dar ejemplos de lo que la gente ha hecho por mi.  No están todos por que no habría tiempo en el mundo para escribirlo y leerlo ni tampoco está todo.  La memoria es selectiva y además no es la intención de este post.  Este post es para agradecerles, a los que salen en él, alguna de las cosas que han hecho en este presente o hicieron por mi en un pasado lejano. Yo las percibí como desinteresadas o al menos nada les dí en aquel momento en contrapartida.  No pareció importarles por que a todos, hoy en día les sigo considerando amigos míos.

Lo que indico de ellos no es lo que más me impresionó (a veces si) pero es algo que les hace especial y que solo ellos han podido hacer ya que todas las personas somos muy iguales y a la vez muy diferentes.  No pongo apellidos para preservar su intimidad pero ellos saben quienes son.  Las anécdotas de mis queridos familiares no salen aunque, todos y cada uno de ellos son grandes amigos míos.  Gracias de corazón

A Marcelo y Alicia por su paseo en coche y las invitaciones a todos los asados que celebran. A Jose por aguantar a Luc el niño "eléctrico" con gran simpatía. A Patricia por regalarnos a Edu y a mí un día maravilloso en Besalú con Paquita dejándonos ser desde ese día parte de su familia.  A Jorge por bailar con mi marido y sustituirme en mitad de la plaza de Torre LLuc mientras yo iba al baño durante la clase de merengue. A Nacho por ser el proveedor gratuito y oficial de los cristales familiares y ser consejero matrimonial bilateral. A Olga por descubrirme Crepúsculo y regalarme a Aleix. A Vanessa por describirme profesionalmente como si fuera ella misma y conseguir que un cliente suyo, solo por eso, me contratara a mi. A Carles por el catalá y por preparar una barbacoa para tres invitandonos a su paraíso particular. A Mónica y Robert por los globos que me hincharon el día de mi primer cumpleaños en Catalunya en el salón de su casa cuando acudí a ellos por que no quería dormir sola. A Sandra, Pau, Albert, y Charlio por estar el día que cumplí 40 años a mi lado. 

A Kaixo Kristi por el primer Cola-Cao que me regaló en su casa en Manchester en una noche muy fría y muy triste para mi cuando apenas me conocía y todos los demás a lo largo de nuestras vidas (el último hace unos meses en el País Vasco). A Juanjo por ser el padre de Camarón y de todas nuestras futuras mascotas. A Belén por los tres libros del curso pasado junto a su sonrisa y su lectura de mi blog en secreto. A Silvia por ser la fan numero uno del concurso de Catar Trufas en Facebook cuando no tenía Facebook y animarme siempre, continuamente a seguir escribiendo. A Raquel por Kanebo y un bocadillo de atún para mi Luc donde puso todo el amor por nuestra amistad. A Esther por su genuino interés en todo lo mio y su perenne sonrisa cuando está a mi lado. A Diego por regalarme el mote Wonder Pretty y elevarme a la altura de las "más mejores" camareras tras la barra de todo Manchester de su mano. 

A Angels Nirmala por descubrirme que hasta Vodafone puede ser una puerta para el cambio y desde entonces yo soy otra y mi vida también. A Montse por su corazón de oro y apartar un puñado de miniquiches de los clientes para mi Luc en los eventos. A Fernanda por cederme los juguetes y la ropa de Lucas tan bien cuidada y con tanto cariño para que la luzca mi hijo como la lució el suyo. A Javi por enviarme una gallina de trapo tan perfumada y con tanto amor en la caja que fui la envidia del pueblo entero de Fredericktown, Missouri y por presentarme a Cote. A Cote por desvirtualizarse con tanta gracia en uno de las cafeterías más feas de Madrid y ser tan importante en mi día a día ortográfico.  

A Marian por las dos mil pesetas y una vida que no se me acaba con ella. A Sonia por dejarme entrar en su oficina y en su vida más privada. A Miss Lui por ser la segunda madre de Luc y mi mayor apoyo en los mejores meses de mi vida. A CLC por brindarme su casa sin conocerme siquiera y a Kat por adaptarse las dos tan bien al caos de mi vida sin protestar y con una sonrisa. A Xavi por ser la primera persona que creyó en mi y en mi catalán y por regalarme mi primera rosa de Saint Jordi en Manchester cuando ni sabía la historia de aquel que mató al "drac".  

A Alvaro por ir el último junto a mi en el camino de Santiago a pesar de estar yo refunfuñando de principio a fin de cada etapa de que podía ir sola y sin compañía. A Rafa por ser la nueva Mary Poppins de Luc. A Tania y David por incluirnos en todos sus planes aunque no vayamos a muchos, no desfallecer y hacernos sentir parte de su familia. A Javier, mi psicólogo Argentino particular que me ha enseñado a que HAY QUE HABLAR. A Mónica por cederme su casa de Manchester y su vida entera cuando más lo necesitaba. A Sandra, Cristina, Brianda y Mónica por ser mis primeras lectoras tan agradecidas, tardes enteras en la biblioteca de la UAM. A mis Mari Carmenes por ser las dos mi luz en Gavá antes que yo misma lo supiera.  Una guardiana de mis llaves, la otra paz y amor y abrazos a mogollón. A Eduard por alabar mi profesionalidad desde una posición privilegiada y bailar conmigo "un corazón partio". 

A Ana, mi lady, por descubrirme que la amistad no es ir a un cine, tomar unas copas o cenar juntos, sino estar, no siempre, pero si a veces al lado de los que nos aprecian y tenerlos en nuestros pensamientos.

Mi pensamiento es vuestro y durante estos diez días estas, y otras muchas anécdotas vuestras, me han hecho reír al  recordaros y volver a disfrutad de todos y cada uno de vosotros.

Con amor, vuestra amiga, Pere Gila

Amigos


Llevo diez días seguidos trabajando entre diez y doce horas diarias sin tiempo para comer apropiadamente, dormir a mi hijo con amor, ver la tele con sosiego o contestar a los guasaps que un@s y otr@s me mandan y con amor me reclaman "¿Qué es de tu vida que estás desaparecida.....?".  Unas cosas me hunden más que otras (las pocas horas que les dedico a los hombres de mi casa) y algunas me elevan a alturas insospechadas por mí hace solo dos meses. 

"¿Esta semana no tenemos post?".  La persona que me envió hace dos días este guasap, no sólo me sigue, además, le gusta seguirme y me anhela.  "Hinchá" como un globo me dispongo hoy en mi primer día de "descanso" merecido del congreso a intentar escribir el post de la amistad que me ha estado rondando la cabeza estos diez días.

Vivo en un pueblo de, según la wiki, 45.000 habitantes.  Me he quedado helada cuando he tirado la búsqueda en google pensando que serían 9.000 máximo.  Eso denota lo malísima que soy en cálculos de personas por metro cuadrado (casi tanto como el Ministerio del Interior de no importa qué partido o cualquiera de las Delegaciones de Gobierno de este, nuestro país).  Cuento esto (lo pequeño del municipio donde vivo, no el que no sepa calcular habitantes) porque hace diez días volvía molida y sin coche desde Barcelona, me bajé en la parada del tren y me fui a buscar, azuzada a través del guasap por mi marido, la compra de la semana al LIDL (sitio que odio y que da para otro post más adelante)

Compré más de lo que pueden sufrir mis brazos y menos de lo que me hacía falta y me equivoqué al girar en la calle (vale, además de no saber contar no se diferenciar entre izquierda y derecha cuando estoy cansada) y al calcular la distancia de la parada más próxima del autobús (VALEEEEEE, soy una puta negada para todo!!!!!).  Me fui para donde no era y al cabo de los 50 metros tenía las bolsas rozando con el suelo de lo que se me habían alargado los brazos.  La mirada se me emborronaba (¿Se puede decir esto Kote? (editado a las 17.13)).  Los pelos se me caían sobre los ojos y la nariz (nota mental de aquel momento: tengo que ir a la pelu o comprarme una puta diadema).  El moquillo de las 20.30 de la nit me resbalaba por la punta de la nariz. 

Aggggggggggggggggggggggggggg, que mierdaaaaaaaaaaaaaa, como odio a mi marido y a la madre que pario al inventor del guasappppppppppppppp.  En ese fatídico momento si veo un taxi lo paro y me gasto lo que me había ahorrado en el asqueroso LIDL.  Pero como el universo aprieta y aprieta pero no ahoga y me estaba mirando en ese momento, oí un chirriar de frenos y un coche se paró a mi lado en la zona más oscura de la carretera de Santa Creu de Calafell, Gavá, y una ventanilla se bajó.  Miré al interior (no reconocí el coche ni las personas) y puse cara de "Vale, si me vas a atracar tendrás que tirar mucho de las asas por que se me han solidificado a los dedos".  Ellos (los ocupantes del coche) sonrieron.  "¿Ves Marce?" Dijo ella "Es Ana." Me miró y sonrió y sonreí y me dijo "Le dije a Marce "mira esa señora, la pobre, arrastrando las bolsas de la compra"" Aquí pensé en dejar de sonreírle por lo de "señora pobre" pero su sonrisa me impidió tomarme nada a mal.  "Pero si es Ana!!" Habían girado en la siguiente rotonda, me pillaron y me exigieron que me montara en el coche.  

Esto a vosotros no os parecerá para tanto pero Marcelo y Alicia tienen 4 niños.  Uno iba en el coche.  Eran las 20.30 de la noche e iban a buscar a su hijo mayor a Castedefells (el pueblo vecino) que salía del entrenamiento de futbol (editado a las 17:15).  No tocaba para nada que pararan a por la chalada de la señora de las bolsas, la subieran a su casa (en la otra punta del pueblo) y bajaran otra vez a la carretera de Santa Creu de Calafell para ir a por su hijo.  Pero lo hicieron y aquel día (casi lloro en el coche dándoles las gracias. Debieron pensar que estoy más zumbada de lo que ellos ya pensaban pero había tenido un día muy largo y mi marido... ah! eso ya lo he contado) me subí a casa pensando que esto en Barcelona o en Madrid no me hubiera pasado y que qué buenos era Marce y Alicia.

Medité a las 07.00 horas de la mañana siguiente en el tren camino de Barcelona sobre la amistad que tenía con Marce y Alicia y empecé a darme cuenta de que cuando te preguntan de joven (luego la gente no hace esa gilipollez de pregunta) qué cuantos amigos tienes pero amigos de verdad, ante la presión dices lo de "Se pueden contar con los dedos de una mano".  Bueno pues yo tengo muchísimos amigos.  Tengo una suerte bárbara, la verdad, como ya os conté, pero no me había dado cuenta de la cantidad de gente que me estima, me quiere, me aprecia, que en definitiva, es amiga mía. 

Por lo tanto me he dedicado esta semana a escribir en un papel una cosa por la que tengo que dar las gracias a cada uno de mis amigos para hacer un post sobre ellos y para enseñaros a vosotros (amigos algunos, lectores desconocidos otros) lo feliz que debemos estar de tener gente a nuestro alrededor que un día se paren y sólo porque te estiman, den la vuelta a su coche/vida y pierdan unos minutos de su valioso tiempo para entregároslo a vosotros. 

Con amor a Marce y Alicia que sé que no me leen pero me aprecian.

El otro post sobre las gracias particulares está en camino

Foto de Joan Cortadellas de El Periódico http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/los-angeles-prohibe-bolsas-plastico-super-1828421

lunes, 5 de noviembre de 2012

Trabajo por dinero


Y con ese dinero vivo.  Bueno, podría vivir sin dinero y no tendría que trabajar, lo cual estaría bastante bien.  Confío que con el tiempo y una caña todo se andará y al final de mi vida lograré vivir sin trabajar y el dinero me importará un autentico "penis" (ahora los niños no dicen "pito" como cuando yo era chica y en catalán "pene" me suena más fino.  Cosas de los idiomas).

Mientras llega ese momento y para pagarme las cañas y otras cosas: trabajo.  La primera vez que me dieron dinero por lo que hacía fue a los 14 años y fue la vecina del 4ºD que tenía cuatro niños contando el mayor cinco años.  Temblarías, pensareis, pero no.  Yo ya tenía cuatro hermanos y un porrón de primos con lo cual lo apabullante del tema no era que tuviera que cuidar cuatro renacuajos mientras su madre se iba a cenar con su padre sino que me pagaran por ello.  Temblor de gustirrinín que se dice.  Dinerete para mi sola sin tener que justificar en que me lo gastaba.  En aquella mi primera entrevista de trabajo (venía yo recomendada por el portero) a parte de otras cosas me salió decirle a la entrevistadora (la madre de cuatro) "y, sobre todo, no se preocupe que mi madre es enfermera y está en el 3ºD".  No se muy bien como me salió esta frase pero a la mujer le gustó (se rió) y me contrató.  Estuve cuidando a los León hasta casi la universidad (la mía, no la suya).  

En esos años di clases particulares y cuidé muchos más niños en Caleruega 51 hasta que un día, como un favor personal, pues había fallado un camarero en el local de un conocido, mi amiga Marian (la de las dos mil pesetas de "A la vejez viruelas") y yo, nos pusimos detrás de la barra de un local.  Acabamos más bien que mal, nos pagaron y las dos descubrimos a la edad de 19 años que íbamos más hacia taberneras (expresión de mi padre que hoy en día aún usa para referirse a lo que hago) que hacia dependientas o "lo del retail" (que se dice ahora).

En aquella época con que alguien me mirara y pensara "mira, esta no es muy tontucia", me ofreciera trabajo (el que fuera) y me pagara "algo" por ello, a mi, ya me estaba bien.  Con la edad y el trabajar en diferentes ámbitos y círculos empecé a querer que ese alguien me dijera que qué bien que hacía mi trabajo.  Soy muy perfeccionista y más simple que un cubo a la hora de recibir halagos, por lo que si mi jefe tenía ojo con decirme que aparte de rubia era listísima me tenía dos horas más trabajando "by the face".

Siguió pasando el tiempo y los trabajos y me seguí perfeccionando en lo de tabernera más que en lo del retail y un buen día me planté.  O tengo un contrato (si chicos, hasta entonces nadie pagada IRPF por una servidora) de una duración determinada o no me muevo.  Y debí ser buena o todos se plantaron a la vez pero lo conseguí.  Fue en Inglaterra.  También conseguí un buen-mejor horario, un buen-mejor servicio (pasé los viernes que eran un infierno de estar en "sala" a en "barra" con mi super Dieguito que me bautizó como Wonder Pretty para siempre jamás) y un bastante-mejor salario por hora.

Al volver a España tenía muchas cosas clarísimas de como se negociaba un trabajo y de que el salario no lo es todo.  Hay muchas cosas "intangentes" en un contrato laboral tan importantes como el dinero.  La pausa para comer, o que te dan de comer, o el horario flexible de entrada y salida o que si tu doblas turno hoy otro día salgo antes y otro dos horas después por que soy flexible y muy buena y tú como jefe también lo eres.  Llegué aquí y patapám, en todas las narices.  Aquí te estrujan como un limón y no te dan ni las gracias.  Bueno las gracias si pero a esas alturas de mi vida se las podían meter por donde les cupieran.

Acabé trabajando por cuenta propia por que: No me pagaban suficiente para mi conocimiento, ni me daban las horas libres necesarias tras trabajar 14 horas un día, ni me daban de comer rico, ni los compañeros hacían piña, ni me enseñaban nada más que yo no supiera ya, así pues ¿Por qué que trabajar para otros?

Esto fue en el año 2004 y ahora, ahora todo es muy distinto.  Pero yo no soy la misma tampoco: soy mejor, por que sé latín (que decía mi madre) así que como me siguen sin pagar lo que valgo ni valorar lo que hago, ahora, solo trabajo cuando yo lo digo por la tarifa que yo valgo.  Ea.  A ver si me dura la chulería Madrileña un poco más y se acaba la crisis de mier-coles esta que se me está atragantando un poco.

Bona nit, descansar y mañana currar (ojalá podáis)

miércoles, 31 de octubre de 2012

Cosas que nunca te cuentan




Hay cosas que no se cuentan.  Porque dan vergüenza, porque no tienen importancia o porque las das por sabidas en el que te escucha.  Para mí el descubrimiento de la penicilina de este último año (y he tenido varios) ha sido la copa menstrual.  Ese post será largo y extenso y estará (cuando lo escriba) llenito de detalles, que, me consta, ya hay muchas deseando que lo haga, pero aún no lo voy a escribir.  Os he dejado el link de la página que me instruyó en el tema y hago aquí especial mención a mi hermana Carmen que aunque la tía ha estado usándola durante 6 meses y se la ha regalado a sus 2 cuñadas antes que contármelo a mí, tuvo, por fin, la decencia de colgarme el post en Facebook.  Pero, bueno, como es mi hermana favorita, no me voy a enfadar con ella.  Yo me la he comprado ya pero hasta que la use tres meses haciendo ensayo y acierto y error no voy a escribir sobre el tema.  Una es una profesional, ¿o que os creíais?

Una cosa que no te cuentan los conductores a los que no tenemos carnet es la alucinante sensación cuando al día siguiente de sacarte el carnet de conducir, te montas en el coche.  Y la alucinante sensación no es que hayas aprobado (nadie que conozco piensa que ha aprobado con conocimiento de causa. Todos creen que bajó Dios y sopló en la oreja al examinador infundiéndole de gracia divina, y esta gracia divina les aprobó).  Ni siquiera la sensación de acojone total y que ahora el responsable eres tú y no los pies de tu profesor de autoescuela.  No.  La alucinante sensación es: Estas solo en el coche. 

Hasta ese momento nunca has estado solo en un coche que se mueva. No vale cuando tu madre te dejaba con los intermitentes en doble fila con la ya famosa frase “notemuevas.sivieneunguardiadilequetumadrevuelveahora”. Hablo de 1978 cuando las madres hacían esas cosas y a ti te creaba un estrés para toda la infancia y una tortícolis alucinante en la búsqueda del posible guardia que viniera a gritarte “¿¿¿¿¿PERO CÓMO ESTÁS TÚ SOLA EN UN COCHEEEEEEE??????.
 
Arrancas, miras dos veces por cada uno de los 3 o 4 espejos (según los modelos de los coches.  Mi madre solo tiene 2 espejos y uno torcido, pero mi madre es única) pones el intermitente unos 12 minutos antes de que te vayas a incorporar a la circulación y…. te incorporas.  Y en ese momento te giras para decirle al de al lado “Como mola ¿eh?” y no hay nadie al lado.  Ni tampoco atrás.  Entonces te das cuenta que puedes poner la música que quieras al volumen que quieras y lo mejor de todo: Puedes cantar a voz en grito como si estuvieras loca.  Y a nadie le importa.  

Es una sensación muy fuerte y muy especial que te dura mínimo los primeros 3 meses.  Luego se diluye y luego, mucho tiempo después, vas por la C-32 una mañana fría y lluviosa y te ves a ti misma cantando a toda pastilla cualquier pastelada de M-80 y te dices “Soy una pureta” y sonríes y te das cuenta que el día tiene mejor pinta que tan solo 10 minutos antes.

Últimas fresas de octubre


Esta noche es Halloween pero como hace mucho que no os cuento de las plantas dejaré el post de lo que pienso sobre esta fiesta para el año que viene y os cuento con que panorama me he encontrado a mi vuelta de la capital del reino.  El último post sobre las fresas que hice fue hace ya dos semanas.  El sábado 20 de octubre tuvimos un respiro de unas horas entre la devastadora lluvia y el frio frío y salió un sol reluciente y calentito.  Luc y yo salimos a la maltrecha terraza.  Yo podé la planta de menta que estaba negra y muerta


y Luc se comió la primera fresa comestible de la temporada (la primera, primera que podíamos haber comido se quedó así).  



Parece que es Patricio quien se come la fresa pero es mi hijo, ver el churrete de juguillo que le cae por los dedos.

Seis más venían en camino y viendo que el tema “trabaja tus plantas” daba sus “frutos”, el domingo decidí implicar a mi hijo en algo más que el “regar las plantas de mamá” y usé la última bolsa del Mercadona que me quedaba y mi hijo trasplantó una de las melisas y la planta orégano que ahora creemos que puede ser una variedad de albahaca por como huele.  Aquí os dejo fotos del momentazo






Con esto pensé que aparte de entretenerme a mí y a niño la mañana del domingo mientras mi marido se iba a trotar campo a través, me aseguraba que la semana que estaba fuera de casa trabajando en Madrid, Luc, le daría la chapa a su padre con el tema plantas.

Llegué anoche y tras 9 días, lluvia y frío, me he encontrado con esto:



Vamos que están más muertas que las ganas de invertir en la costa.  Pero gracias a que puse antes de irme (en previsión a las lluvias) y a la posible aparición de hongos (debo hacer una super mención especial a Enrique Adlercreutz y su explicación sobre el cómo le gustan a los hongos de la fruta el tema humedad y el contacto directo con la tierra) recorté sobrante de la bolsa de plástico negro de la tierra y les puse una previsora “cama” a las 6 fresas que quedaban por recoger.

El jueves pasado cuando llame a casa y pregunté por las plantas Luc me confesó que su iaia y él se habían comido dos.  “Vayaaaaaa……. Cuanto me alegro…..” dije. "Bueno" pensé  "No me sale muy cara mi suegra si se contenta con dos fresas en pago a los 8 días que voy a estar fuera.  Pero, es que YO NO ME HE COMIDO NI UNA!!!".

Mi amiga Silvia me guasapeó anoche y nada de “hola que tal estas?, como ha ido por Madrid?”.  No.  El guasap fue “¿Cómo están las fresas?” Anoche estaba muy oscuro cuando llegué pero esta mañana a las 07.30 am, lucían así:




Yijaaaarrrrrr, conseguido!! He desayunado una, Luc otra, y quedan dos para su padre, para cuando vuelva de trabajar.  Ya puede tirar cohetes el tío.  Están B U E N I S I M A S

Cosecha de Sept-Oct: 7 fresas comestibles y 3 arruinadas por hongos.  En primavera más :)